Bush no se arrepiente de Irak: «El mundo es mejor sin Sadam Hussein»

El expresidente de EEUU defiende la invasión y destaca a Reino Unido como un gran aliado. Junto a Blair y Aznar acordaron no seguir la vía de la ONU

07 jul 2016 / 22:06 h - Actualizado: 07 jul 2016 / 22:09 h.
  • Tony Blair, George W. Bush y José María Aznar, en las Azores en marzo de 2003. /Efe
    Tony Blair, George W. Bush y José María Aznar, en las Azores en marzo de 2003. /Efe

El expresidente de EEUU, George W. Bush, principal impulsor de la guerra de Irak (2003-2011), aseguró este jueves que no ha leído el informe Chilcot que ha levantado duras críticas contra su antiguo aliado Tony Blair en el Reino Unido, y se mostró convencido de que el mundo es ahora mismo un lugar mejor sin Sadam Hussein.

En un comunicado, el portavoz de Bush, Freddy Ford, explicó que el expresidente estadounidense no ha tenido aún ocasión de leer el informe Chilcot y que, «pese a los fallos de inteligencia y otros errores que él ha reconocido anteriormente, sigue creyendo que el mundo entero está mejor sin Sadam Hussein en el poder». «Bush está muy agradecido por el servicio y sacrificio de las fuerzas estadounidenses y de la coalición en la guerra contra el terror. Y no hubo aliado más fuerte que el Reino Unido bajo el liderazgo del primer ministro Tony Blair», aseguró Ford.

Blair, por su parte, explicó este jueves que decidió apoyar a Bush en su «guerra contra el terror» porque no quería que EEUU «se sintiese solo», si bien quiso dejar claro que no se trataba de un apoyo «irrevocable» y que sigue pensando que fue buena idea derrocar el régimen de Sadam Husein en Irak.

En los 12 volúmenes del informe Chilcot también se señala que Blair, Bush y Aznar acordaron en la reunión de Azores del 16 de marzo de 2003 cuando se gestaba la intervención, que, a menos que ocurriera un cambio fundamental en «las próximas 24 horas», la vía de la ONU estaba terminada. «Las siguientes discusiones en el Consejo de Seguridad sugerían que sólo el Reino Unido, EEUU y España consideraron que se habían agotado todas las opciones que no fueran el uso de la fuerza militar», según una referencia a esa reunión. Esta posición se acordó después de que el entonces representante permanente del Reino Unido en la ONU Jeremy Greenstock recomendase que un borrador de resolución presentado por el Reino Unido, EEUU y España «no tenía posibilidad de ser adoptado».