El Papa inaugura la Semana Santa y pide compromiso con los refugiados

Este domingo tuvo lugar la tradicional celebración litúrgica del Domingo de Ramos y el Papa apuntó: «Pienso en tantos refugiados, marginados y también en tantos que no quieren asumir la responsabilidad de su destino».

20 mar 2016 / 12:12 h - Actualizado: 20 mar 2016 / 13:09 h.
"Papa Francisco"
  • El Papa Francisco durante la tradicional celebración litúrgica del Domingo de Ramos, en la Plaza de San Pedro. / Efe
    El Papa Francisco durante la tradicional celebración litúrgica del Domingo de Ramos, en la Plaza de San Pedro. / Efe

El papa Francisco presidió este domingo la tradicional celebración litúrgica del Domingo de Ramos y la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, y ofreció a los fieles una homilía en la que lamentó que haya mucha gente que no asuma la responsabilidad del destino de los refugiados.

En esta jornada, celebración previa a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, Jorge Bergoglio recordó que, de camino a la cruz, Jesús «experimenta en su propia piel también la indiferencia, pues nadie quiere asumir la responsabilidad de su destino».

Y en este punto, haciendo gala de la espontaneidad que caracteriza la mayoría de sus intervenciones, apuntó: «Pienso en tantos marginados, en tantos refugiados... y también en tantos que no quieren asumir la responsabilidad de su destino».

Estas frases se producen en el mismo día en el que ha entrado en vigor el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía, que contempla la devolución a este país de los inmigrantes irregulares que lleguen a las islas griegas.

El papa Francisco llegó a la plaza vaticana a pie, con una mitra dorada y una casulla roja, y se acercó hasta el obelisco central para ser testigo de la procesión de las palmas e impartir su bendición.

Posteriormente, fue en procesión hasta el altar ubicado ante la fachada principal de la Basílica de San Pedro, donde presidió la celebración de la eucaristía.

Ante los miles de fieles procedentes de todas partes del mundo que acudieron a la plaza vaticana a escucharle, recordó cómo cuando Jesús de Nazaret entró a Jerusalén «la muchedumbre» lo acogió con «entusiasmo, agitando las palmas y los ramos de olivo».

Su ejemplo, expuso, debe servir a los fieles católicos para «elegir su camino: el camino del servicio, de la donación, del olvido de uno mismo» y «aprender el amor humilde, que salva y da la vida, para renunciar al egoísmo, a la búsqueda del poder y de la fama».

El papa Francisco concluyó esta celebración esperando que los fieles vivan «con intensidad espiritual la Semana Santa».