Grecia toma las riendas de su futuro al abandonar la era de los rescates

El Gobierno heleno tiene que generar superávit del 3,5% hasta 2022 y del 2,2% hasta 2060 si quiere evitar tener que recortar nuevamente las pensiones

20 ago 2018 / 08:33 h - Actualizado: 20 ago 2018 / 08:33 h.
  • Se espera que Alexis Tsipras haga una remodelación en su Gobierno para darle un perfil más social. / Efe
    Se espera que Alexis Tsipras haga una remodelación en su Gobierno para darle un perfil más social. / Efe

Grecia se libera hoy del corsé de los rescates y abre una nueva etapa en la que deberá financiarse por sí misma. Podrá tomar las riendas de su política económica, pero, a la vez, deberá permanecer en la senda de la austeridad presupuestaria durante más de 40 años. A pesar de que Grecia volverá a asumir las riendas de su destino tras ocho años bajo la tutela de los acreedores, seguirá sujeta hasta 2022 a una estrecha vigilancia y cada tres meses deberá rendir cuentas de su situación financiera, en lugar de hacerlo de forma semestral como ocurrió con los otros países que se acogieron a un rescate.

Tras el desembolso del último tramo del tercer rescate por un total de 15.000 millones de euros, el país cuenta ahora con un colchón efectivo de unos 24.000 millones que deberá servir para, en caso de necesidad, cubrir sus necesidades financieras durante 22 meses. Aunque la intención del Gobierno de Alexis Tsipras es salir cuanto antes a los mercados, tras la crisis italiana y la actual en Turquía, el bono a diez años no logra situarse por debajo del cuatro por ciento, un nivel que encarece mucho la financiación a través de los mercados.

Las agencias de calificación no ven todavía al bono heleno en grado de inversión, a pesar de que todos, políticos y economistas, se deshacen en elogios sobre los esfuerzos fiscales que ha hecho el país. Desde la firma del primer programa de asistencia en 2010 –las instituciones acreedoras han desembolsado 288.700 millones de euros– Grecia ha perdido el 25 por ciento de su PIB y la deuda se ha disparado del 127 por ciento a casi el 180 por ciento del mismo.

Al mismo tiempo, ha vivido un éxodo de su población joven y más de medio millón de griegos abandonaron el país en busca de mejores oportunidades en el extranjero. Una sangría importante en un país que ahora pretende levantarse de las cenizas y necesita capital humano para ello. Levantar el país no será fácil, teniendo en cuenta que el Gobierno se ha comprometido a generar superávit primarios del 3,5 por ciento hasta 2022 y del 2,2 por ciento de media hasta 2060.

Aun así, hay datos económicos positivos: en mayo el paro bajó al 19,5 por ciento situándose por primera vez por debajo del 20 por ciento desde septiembre de 2011; en los ocho años bajo programas de asistencia, el país pasó de la recesión –el PIB cayó un 5,5 por ciento en 2010– al crecimiento –1,4 por ciento en 2017– y del déficit –11,2 por ciento– al superávit –0,8 por ciento–.

A pesar de todo, la población no nota que su vida esté cambiando a mejor, lo que no extraña si se tiene en cuenta que el empleo creado es en buena parte a tiempo parcial, y que cada vez más gente tiene que vivir del salario mínimo de 586 euros mensuales. Los jubilados, hasta hace poco el sostén de muchas familias golpeadas por el paro, han perdido en torno el 40 por ciento de sus ingresos y tres cuartas partes de los pensionistas tienen que vivir con menos de 1.000 euros al mes. Por si no fuera suficiente, las pensiones deberán sufrir un nuevo tijeretazo a partir del próximo año, tal y como lo prevé el acuerdo firmado con los acreedores para la era postrescate.

En un año electoral como lo será 2019, Tsipras espera poder evitar tener que cumplir este compromiso con los acreedores. Para ello, sin embargo, deberá generar un superávit primario superior al 3,5 por ciento del PIB pactado. El líder de Syriza, que ganó las elecciones en 2015 con un programa izquierdista diametralmente opuesto al que luego aplicó, espera ahora poder dar un rostro más social a su gestión política.

Se espera que en la feria industrial de Salónica, que tradicionalmente sirve para anunciar el programa de Gobierno en el nuevo curso político, Tsipras plantee algunas ideas que lleven un sello definitivamente más social que hasta ahora. Hasta entonces, se espera que haga una remodelación de Gobierno, con nuevas caras que le sirvan para dar visibilidad a estas ideas y simbolicen el cambio hacia la nueva era de autogestión para recuperar la confianza de los mercados y atraer inversores extranjeros.