Ha nacido la Fuerza Alternativa Revolucionara del Común, el partido político alumbrado por la antigua guerrilla de las FARC, con la que comparte siglas. El paso llega después de más de medio siglo de lucha entre la guerrilla y el Ejército colombiano, que ha dejado un trágico saldo de ocho millones de víctimas. Su primer examen serán las elecciones generales de 2018 y, aunque en un principio lo habían descartado, ahora lo tienen claro: quieren ser gobierno.
«Queremos ser gobierno», ha confesado Luciano Marín Arango, conocido en el campo de batalla como Iván Márquez, el número dos de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, al término de un congreso de una semana que iniciaron como guerrilla y han concluido como partido político en Bogotá, a la vista de quienes durante décadas fueron sus enemigos.
Ahora la naturaleza de las FARC ha cambiado para siempre. El objetivo es idéntico al que se fijaron en 1964, cuando la guerrilla surgió en un contexto de gran violencia dentro y fuera de la política. Los medios, sin embargo, son otros. Han abandonado los fusiles para tomar la palabra como única arma.
«No queremos una sola gota más de sangre por razones políticas, que ninguna madre vuelva a derramar lágrimas por su hijo o hija violentados», dijo el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, Timochenko. «Por ello, no vacilamos en extender nuestras manos en señal de perdón y reconciliación. Queremos una Colombia sin odios», añadió.
La presentación de las nuevas FARC se hizo a última hora del viernes en una rueda de prensa ofrecida por la plana mayor de la ya extinta guerrilla. Sentados a una mesa vestida con mantel blanco y rosa roja en mano –el logotipo del partido– tomaron el micrófono uno a uno para aclarar a los periodistas qué nombre usarán a partir de ahora. Para ellos, explicó Marín Arango –uno de los que ha decidido dejar atrás el alias guerrillero– fue un momento emotivo, no solo por la catarsis de las FARC, sino porque la cita de Bogotá permitió congregar a compañeros de filas que durante años no habían tenido contacto alguno y que incluso creían muertos.
El gran ausente fue Timochenko, debido a los problemas de salud que ha sufrido en los últimos años en el marco de las negociaciones de paz en La Habana y que se han acentuado en la recta final con un ictus.
El nuevo partido pone el broche al largo proceso de paz iniciado en La Habana en 2012. El congreso de las FARC ha fijado cuál será su papel en las elecciones.