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Foto de archivo del español Pablo Ibar en el recinto de la Corte Estatal de Florida. / John Watson Riley ( Efe)
A finales de junio de 1994, la policía entró en un domicilio de la localidad de Miramar, en el estado de Florida, y halló los cuerpos sin vida del propietario de la casa, Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno, y dos de sus bailarinas, Sharon Anderson y Marie Rodgers. La investigación culminó en la acusación formulada el 25 de agosto de 1994 contra Seth Peñalver y el español Pablo Ibar. Ambos fueron juzgados en 1997, pero el jurado no llegó después de meses a una decisión y se declaró nulo el juicio. Luego se siguieron procedimientos por separado y Peñalver fue condenado a muerte en 1999, aunque ocho años después se revocó la sentencia y en 2012 fue absuelto. A Ibar, por su parte, se le impuso la pena capital en 2000 y desde entonces se encuentra en el corredor de la muerte y «sin pruebas que lo incriminen, tan solo un vídeo de mala resolución y fuertes contrastes lumínicos donde resulta imposible realmente discernir identidades.
El pasado 4 de febrero el Tribunal Supremo (TS) de Florida, en una decisión tomada por cuatro votos contra tres, decidió anular la declaración de culpabilidad de Ibar y por tanto su condena a muerte y ordenó la repetición del juicio. Un soplo de aire fresco para un hombre que lleva 21 años luchando por su inocencia, 15 condenado a muerte. Junto a él, su familia y mujer, que tampoco cesan en su lucha. No están solos en el proceso, pues la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, ha reiterado en varias ocasiones que ni las huellas dactilares, ni el ADN recogido en el lugar del crimen coinciden con las huellas de Ibar y su acusación se basa principalmente en un vídeo de vídeovigilancia en el que «se ve un rostro difuminado con ínfima resolución y fuertes contrastes lumínicos».
La clave de esta decisión del TS está en los fallos clamorosos del abogado de oficio que defendió a Ibar en un primer momento. Se trataba de Kayo Morgan, que en aquella época no se encontraba bien para elaborar su trabajo, además atravesaba una complicada situación personal. Es más, durante la selección del jurado de Ibar, Morgan fue acusado de maltratar a una drogadicta a la que dejó embarazada. El Supremo de Florida asegura en su decisión del pasado 4 de febrero que la defensa por parte del letrado fue «deficiente al no presentar un experto en identificación facial para oponerse a la acusación del estado de que Ibar fue el autor del crimen visto en el vídeo cometiendo los crímenes en la residencia de Sucharski», a pesar de saber que era un elemento clave. Además, el tribunal destaca que en la camiseta del asesino que aparece en el vídeo y que se encontró en el lugar de los hechos no contiene ADN del acusado. En la actualidad, Ibar está representado por el abogado Benjamin Waxman, un especialista en estos casos.
En todo caso, la asociación ha explicado sobre la revocación del TS que esta decisión no es definitiva, ya que el estado de Florida puede aún apelarla, algo que ve «muy probable». Después de la decisión del TS «el estado cuenta con dos semanas para recurrir la decisión o bien pedir una extensión del plazo para presentar un recurso», algo con lo que cuenta la defensa de Ibar.
Esto retrasaría la celebración del nuevo juicio que sigue esperando Ibar. El portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, Andrés Krakenbenger, se manifiesta satisfecho con la última decisión del TS pero afirmó que «huye tanto del optimismo como del pesimismo, pues para mí la clave es la determinación». En cuanto a la celebración de un nuevo juicio para conseguir la libertad de Ibar, Krakenbenger precisó que «en un juicio normal, con las pruebas que tenemos, el resultado solo puede ser uno, la libre absolución».
Las últimas noticias que llegan desde Estados Unidos hacen pensar en positivo a los familiares pero no quieren bajar la guardia y esperan que pronto Ibar tenga un juicio a la altura de las expectativas de cualquier hombre que está condenado a muerte.