Los ingenieros se alían para ayudar a la reindustrialización de Andalucía

Colegios y asociaciones que representan a 12.000 profesionales presentan un plan de acción

01 oct 2015 / 19:09 h - Actualizado: 02 oct 2015 / 08:36 h.
"Economía","Sector privado","Industria","Ingeniería"
  • Jerónimo Cejudo, Fernando Yllescas y Aurelio Azaña, ayer en la presentación de Asian. / Pepo Herrera
    Jerónimo Cejudo, Fernando Yllescas y Aurelio Azaña, ayer en la presentación de Asian. / Pepo Herrera

Con el lema Andalucía también es ingeniería colegios y asociaciones de ingenieros andaluces de las nueve ramas tradicionales que representan a 12.000 profesionales en la comunidad se han unido bajo unas mismas siglas –la Asociación de Ingenierías de Andalucía, Asian– para arrimar el hombro y contribuir a la «reindustrialización y tecnificación» de Andalucía, explicó su presidente, Fernando Yllescas. El PIB industrial andaluz no llega al 14 por ciento, cuando el objetivo marcado por Europa es alcanzar el 20 por ciento en el horizonte de 2020.

El trabajo que desarrollan desde hace varios años se ha materializado en un primer documento, un plan de acción que pretenden presentar al Gobierno andaluz y a las organizaciones empresariales para apuntalar las líneas estratégicas en las que Andalucía debería centrar sus esfuerzos aprovechando para ello el impulso de los alrededor de 5.600 millones de euros de fondos europeos que recibirá en el periodo 2014-2020 como región en transición, apuntó el vicepresidente de Asian, Aurelio Azaña.

Así, en base a la estrategia europea de la especialización inteligente, donde cada territorio prioriza determinas políticas porque es imposible e inviable abarcarlo todo, señalan 50 medidas que determinan cuál es la senda a seguir en los sectores estratégicos para Andalucía. La idea es lograr rentabilizar lo máximo posible esos fondos que llegarán a la comunidad. Porque Andalucía va ya tarde en comparación con otras comunidades como Cataluña, Aragón, el País Vasco o Comunidad Valenciana, donde los agentes sociales y económicos ya han consensuado con sus respectivos gobiernos la hoja de ruta a seguir. «La industria ni siquiera aparece en el nombre de la Consejería, sino de una Dirección General que ahora mismo está vacante», apostilló Azaña.

Desde la asociación se puso el acento en que muchos de los aspectos que fallan en la industria hay que buscarlos en el «escalón intermedio» de la manufactura. Ocurre así por ejemplo en el sector agroalimentario, donde «mientras Cataluña transforma mucho más de lo que produce, en Andalucía ni la mitad de la producción agraria se transforma aquí», reseñó Jerónimo Cejudo, secretario de la asociación.

Algunas de las iniciativas que proponen se encaminan, en el sector agroalimentario, a mejorar las explotaciones, profesionalizar el sector con más expertos en comercio exterior, calidad, gestión empresarial y distribución y dinamizar la agroindustria aprovechando la biomasa. El potencial de la minería, con las reservas de la Faja Pirítica, lo convierte en uno de los sectores de futuro, donde se insta a continuar con la investigación para identificar recursos y diseñar nuevas tecnologías extractivas que permitan la implantación de nuevos centros productivos.

En la aeronáutica, otro de los puntales estratégicos, reseña además de mantener el liderazgo en el montaje de aviones militares, los retos de aumentar el «componente autóctono» de sistemas y equipos, la necesidad de que las empresas ganen tamaño y que se investigue en nuevos materiales, aviónica, aviones no tripulados, robótica y simulación. En energías renovables, destaca el potencial energético del aprovechamiento de las corrientes marinas en aguas profundas y políticas que incidan en el consumo procedente de fuentes renovables. Industria, naval, construcción e infraestructuras y tecnologías de la información y comunicación completan el análisis por sectores.

Tasa de paro que ronda el 10% pero mal pagados

La tasa de paro de los ingenieros varía según la especialidad que se trate: el 8 por ciento entre los industriales, el 7 por ciento entre los de telecomunicaciones o el 13 por ciento entre los de Caminos, Canales y Puertos. La principal queja es la retribución, que en las primeras experiencias laborales es inferior a la que requiere su categoría.