Los juzgados de lo Social y lo Mercantil fijan ya juicios para 2019

Un trabajador al que se le adeude su salario puede tardar casi diez años en recuperar ese dinero

21 jun 2015 / 10:00 h - Actualizado: 21 jun 2015 / 13:59 h.
"Local"
  • Una funcionaria ordena los expedientes que se acumulan en uno de los juzgados de lo Social. / J.M. Paisano
    Una funcionaria ordena los expedientes que se acumulan en uno de los juzgados de lo Social. / J.M. Paisano

Juicios para dentro de cuatro años: en 2019. Es la muestra del estado de atasco que sufren en la actualidad tanto los juzgados de lo Social como los de lo Mercantil en Sevilla, donde las demandas por reclamaciones de cantidad (impagos de salarios y las deudas entre empresas) se están señalando para bien entrado 2019. Esto supone que trabajadores a los que se les adeuda su sueldo desde 2014 en el mejor de los casos no vayan a cobrar hasta dentro de seis o siete años y, en el peor, hasta diez.

«Están desbordados y lo peor es que es una situación generalizada en los juzgados», afirma Raquel Blanco, una abogada a quien han fijado un juicio por el impago de salarios para el 24 de mayo de 2019. «Se trata de una demanda por una reclamación de cantidad de sueldos que no se pagaron en 2014», es decir, de hace un año ya. «Afortunadamente, este caso han tardado poco en darme fecha de juicio porque tengo casos en los que presenté la demanda en septiembre y aún no me han señalado la vista», explica la abogada, que teme que cuando le sea notificada la fecha «sea ya para finales de 2019 o principios de 2020».

Pero lo peor, en este caso por ejemplo, es que puede que esta persona no cobre el salario de 2014 hasta dentro de una década. «El asunto viene de 2014, nos han fijado el juicio para 2019, luego hay que esperar la sentencia, que esta sea firme, solicitar la ejecución y si la empresa ya no existe o es insolvente tendremos que plantear otra demanda para que sea el Fogasa [el Fondo de Garantía Salarial] el que finalmente pague. Y el Fogasa lleva un retraso de un año o más. Así que perfectamente nos podemos ir a 2023 o 24 para conocer el final».

Como estas tras cada expediente hay una historia similar y son los abogados los que cada día tienen que dar la cara ante sus clientes y comunicarles que no espere un juicio rápido. «La primera vez que me llegó una citación con este retraso fui corriendo al juzgado porque creía que era un error. Ya hasta yo me he acostumbrado. Se resignan, es como si todos tuvieran asumido que la Justicia es lenta, pero esto no es normal».

Es la misma apreciación que tiene el letrado Jaime Borrego. «Un retraso de este tipo en la sanidad nos parece una barbaridad, pero esto es un problema que también nos afecta a todos, pero nos resignamos», asegura. Este abogado nos muestra otro ejemplo del retraso que acumulan los juzgados, en este caso, de lo Mercantil (que están inundados por los concursos de acreedores y las demandas contra las cláusulas suelo), donde a un compañero le han señalado un juicio para enero de 2019. «Se trata de un asunto de una empresa que reclama a otra una cantidad. En estos casos, tras esta reclamación puede estar jugándose la continuidad de la misma si la deuda es muy grande», dice.

Tanto Blanco como Borrego coinciden en que las diferentes administraciones que tienen competencias en Justicia deben «actuar y hacer algo. Hay que crear más juzgados, o nombrar jueces de refuerzo y más funcionarios, porque se ha creado una rueda de atascos de la que no saldremos si no se toman medidas», afirma Blanco. «No puede ser que haya asuntos que estén seis años en un juzgado esperando una resolución», añade Borrego.