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Los tres pasos de la Archicofradía del Amor listos para su salida en el interior del Salvador. / El Correo
Queda todavía más de un año y medio para la fecha en cuestión pero la hermandad del Amor ya ha puesto sus miras en 2018, un año emblemático para los más de 4.700 hermanos de esta Archicofradía al conmemorarse una doble efemérides. Se cumplirán entonces 400 años de la fusión en una sola hermandad de las cofradías de la Sagrada Entrada en Jerusalén y la del Amor de Cristo –residentes ambas por entonces en la iglesia de los Terceros– y del encargo a Juan de Mesa de la hechura de las imágenes del Crucificado y de Nuestra Señora del Socorro, aunque en el caso de la dolorosa la que ha llegado a nuestros días se trata de una imagen muy remodelada.
Apenas 50 días de diferencia separarán en el calendario ambas conmemoraciones. Fue el 23 de marzo de 1618 cuando las dos corporaciones comparecen ante el escribano público de Sevilla para rubricar su unificación, dando lugar a la hermandad que conocemos hoy día. Las relaciones entre ambas hermandades eran excelentes, pero la iniciativa de la fusión se le debe a uno de los frailes de la comunidad de Padres Terceros que regentaba dicha iglesia. El que ambas cofradías hicieran su estación de penitencia en el mismo día, el Miércoles Santo, impedía a los religiosos de la comunidad participar en las dos procesiones, motivo por el que el padre fray Francisco de Arjona propuso la fusión de las dos corporaciones en una sola. La otra fecha clave en ese año de 1618 es la del 13 de mayo, cuando la hermandad decide adquirir nuevas imágenes concertando con el maestro escultor Juan de Mesa y Velasco mediante escritura pública la hechura de un «crusificado que tenga de largo dos baras ante mas que menos medido desde el calcañal del pie hasta la punta del cabello de madera de cedro y una hechura de imagen de Nuestra Señora que sea de altura de dos baras con sus manos y brazos de gonzes». Las imágenes, sin embargo, no serían recibidas por la hermandad hasta dos años más tarde, el 4 de junio de 1620.
Aunque pueda parecer prematuro, la hermandad que encabeza como hermano mayor Fernando Mora Figueroa, ya trabaja en una programación conmemorativa que esté a la altura de la importancia histórica de ambas celebraciones. De hecho, ya hay nombrada una comisión de trabajo y se han establecido unas bases para la conmemoración con una primera premisa: «la hermandad del Amor no hace salidas extraordinarias», señala tajante su hermano mayor.
Amén de revestir de una especial solemnidad los cultos ordinarios de reglas, entre las propuestas que baraja esta comisión destaca la organización de varios cultos extraordinarios, tales como una «misa estacional» presidida por el arzobispo de Sevilla, la celebración de un «besamanos-besapiés extraordinario» del Cristo del Amor y de la Virgen del Socorro, así como la posible «participación en el Corpus de la parroquia» de San Isidoro.
«Se da la circunstancia de que la fecha del 23 de marzo, en la que se conmemora la fusión de ambas hermandades, coincidirá en 2018 con el Viernes de Dolores, por lo que tendremos complicado organizar algo ese día. La fecha del 13 de mayo, sin embargo, caerá en domingo, por lo que sería un buen día para celebrar alguna misa con carácter de funeral en recuerdo al escultor Juan de Mesa y a los hermanos que nos precedieron y tomaron la iniciativa de encargar las imágenes», explica el hermano mayor.
La doble efemérides contará con un cartel y un logo anunciadores, una obra asistencial relacionada con el Amor y Socorro a los encarcelados, la actualización del libro de la historia de la hermandad y la organización de exposiciones, conferencias y mesas redondas sobre la figura de Juan de Mesa.
En el capítulo material, la hermandad espera estrenar para ese año la nueva candelería del paso de palio encargada al taller de Villarreal. La hermandad ha abierto una cuenta de correo electrónico para que los hermanos puedan enviar sus propuestas de celebración.