Al Rocío por tierra, mar y aire

Castrense. La filial cumple sus bodas de plata como hermandad

31 may 2017 / 07:37 h - Actualizado: 31 may 2017 / 08:32 h.
"El Rocío 2017"
  • La carreta del Simpecado de la hermandad Castrense deja atrás el acuartelamiento para adentrarse en el camino hacia El Rocío. / Manuel Gómez
    La carreta del Simpecado de la hermandad Castrense deja atrás el acuartelamiento para adentrarse en el camino hacia El Rocío. / Manuel Gómez
  • La hermandad deja atrás el Mirage III, a la entrada de Tablada. / M. Gómez
    La hermandad deja atrás el Mirage III, a la entrada de Tablada. / M. Gómez

Los caminos hacia la aldea de El Rocío no sólo se hacen por tierra, también por mar y aire. Así lo atestigua la hermandad Castrense del Rocío, la única vinculada al Ejército que acude desde hace 25 años por Pentecostés a la llamada de la Blanca Paloma. Una peregrinación que arrancaba con una misa de romeros donde imperaba la familiaridad de una corporación con en torno 380 hermanos.

Pasadas las nueve de la mañana, el Simpecado de los dos aviones a reacción salía portado por el hermano mayor, Manuel Senciales, de la parroquia del acuartelamiento de Tablada arropado por un centenar de devotos, que se afanaban en hacerse fotos ante la carreta antes de que los bueyes echasen a andar en dirección a las arenas.

Las bodas de plata de esta corporación se merecen un reconocimiento no sólo a aquellos que la levantaron animados por Lola Molina, «después de prometer que todo el Ejército conocería a la Reina de las Marismas» si curaba a su marido de un infarto, también a aquellas otras hermandades sevillanas y a la Matriz que desde el inicio arroparon a esta filial tan singular, a quienes este año homenajean con una cinta en cada una de las columnas salomónicas de la carreta de su Simpecado.

Momentos especiales vivirán también con su madrina, la hermandad de El Cerro, que ayer también efectuaba su salida. Con ella sestearon ayer en Mairena del Aljarafe, donde vivieron momentos de recogimiento y, con ella también, esperan «pasar juntos por primera vez la Raya», deseaba Senciales.

Llegarán hoy a Villamanrique de la Condesa sobre las 17.00 horas; y el viernes, pasadas las 18.30 horas, se presentarán ante la Blanca Paloma. Entre sus filas son muchos los romeros que pisan por primera vez las arenas y peregrinan hasta la ermita. Es el caso de Luis, un militar de 48 años que pese a nacer en Triana es la primera vez que se adentra en los caminos de la fe rociera. Como él, Justa acude a la llamada de la devoción por la Virgen de la mano de una amiga, quien le ha animado a conocer los días de camino.

Apenas dos horas después de que el director espiritual de la hermandad Castrense, Cristóbal Roba, les desease «un buen camino y encuentro con la Reina de las Marismas», la carreta del Simpecado arropada por todos los hermanos enfilaba el camino por la SE-30 hacia el Aljarafe. Allí, a los pies del solar que hace menos de un mes acogía la calle del Infierno, Elena Terrero se despedía santiguándose de la carretera con una plegaria: que los soldados de la esperanza «tengan un buen camino y que no pase nada».