Guía cofrade: Atuendo de hebrea (217)

A pesar de que es común en el calendario litúrgico, no es el atuendo de hebrea uno de los más populares de los que lucen las dolorosas que procesionan en la Semana Santa sevillana. Así por ejemplo, la Virgen de las Tristezas –de la hermandad de Vera+Cruz– resultó muy comentada en la Cuaresma del año 2012 cuando su vestidor, Antonio Bejarano, la presentó con su ropaje de hebrea. A pesar de que, prácticamente, cualquier tradición vinculada con el mundo cofrade tiene raíces centenarias, no es este el caso. Fue en los años 20 del pasado siglo cuando se comenzó a vestir de hebreas a las Vírgenes. Se reconoce comúnmente como principal ideólogo de esta tendencia al bordador y diseñador sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien introdujo numerosos cambios en la Semana Santa de aquellas primeras décadas del siglo XX. Por eso también fue la Virgen de la Hiniesta, de la que era vestidor, la primera que pudo contemplarse en Sevilla así.

Hoy día, pocas cosas anuncian con tanta firmeza la llegada del Domingo de Ramos como es entrar en un templo y encontrar en él a la Virgen vestida de hebrea. Es además una estampa que encandila a muchísimos devotos pues es cuando se muestra más cercana, más humilde en su apariencia, sin lujos, sin joyas, ni coronas y sin mantos bordados. Normalmente el manto es azul en raso, en tonos oscuros o más claros, según la hermandad. Es común también que el forro sea en color blanco, con la intención de que al colocarlo el doblez sobresalga como una franja blanca sobre la cabeza y los hombros. Finalmente, la saya siempre es de color roja, y las diademas se reservan para las sienes de las dolorosas