El Ayuntamiento de Sevilla vuelve a abrir sus puertas una Semana Santa más para mostrar el patrimonio artístico, cultural y religioso de nuestras hermandades y cofradías, y con ello completar el que también se verá en los próximos días por las calles.
Hasta el Domingo de Resurrección se pueden visitar dos interesantes muestras en la Casa Consistorial que, una vez más se convierte, en el museo de las cofradías y centro de documentación que «aún adolece Sevilla» y que es «un reto pendiente», según dijo este lunes en el acto de inauguración el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera.
La primera exposición está alojada en el Patio Mayor y reúne un total de 23 fotografías en blanco y negro del reconocido fotógrafo sevillano Jesús Martín Cartaya, «gran maestro del instante» y memoria gráfica de las últimas décadas de la Semana Santa.
Su objetivo ha recogido imágenes históricas, como el traslado de la Piedad de la Mortaja, en los años 50, «en parihuela y en rosario de mujeres el Domingo de Resurrección después de haberse quedado en la Catedral por el agua»; o la del Santo Entierro Magno de 1964, «con un recorrido a la inversa, de la Catedral a la Campana».
También aparecen retratos de personajes relevantes «a modo de homenaje» por su contribución a las cofradías. Es el caso, de Esperanza Elena Caro, que testimonia la última vez que se sentó al bastidor para bordar los faldones de Las Penas; o Manuel Toro, vestido con la túnica de nazareno «y haciendo una llamada al palquillo un día de agua».
Estampas del ayer entre las que destaca la presidencia de Don Juan Carlos, Doña Sofía y el actual Rey Felipe VI en los palcos un Viernes Santo, «los nazarenos del 92», la O por Plaza de Armas y la Esperanza de Triana por el Cristina. Pero también del presente, como la del Señor de la Oración en el Viacrucis de las hermandades de este mismo año.
En una segunda parte, en la Logia, se exponen enseres de hermandades. Este año la pieza central es el conocido manto de los dragones de la Esperanza de Triana, realizado en el taller de Elena Caro (1947) y que alterna la dolorosa de la calle Pureza en su estación de penitencia. La obra aparece escoltada por dos mantos de vírgenes de glorias –el rosa dieciochesco de la Reina de Todos los Santos y el azul de la Pastora de Capuchinos–, así como el Simpecado de la Virgen de las Aguas de Pasión, «una joya rocalla del XVIII» que destaca por sus enormes dimensiones.
En una de las vitrinas se presentan además los libros de Reglas del XVI y XVIII de la Macarena, que han sido restaurados recientemente por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), así como otros artículos de orfebrería, como la antigua diadema de la Virgen de las Aguas o las potencias argénteas del Cristo de la Conversión.
Una corona con historia
El comisario de la muestra, Francisco Javier Hernández, concretó que son un total de 19 enseres que forman parte de la historia de las hermandades. Como ejemplo puso la corona de los años 20 que han llevado las dolorosas de las cofradías de capa de la Madrugá. «Primero fue de la Esperanza de Triana, luego pasó a la Macarena y actualmente es propiedad de la hermandad de Los Gitanos». La pieza comparte vitrina con la corona de Cayetano González de la Virgen del Socorro y una presea de plata de Montserrat.
En el otro lateral se ofrece «un viaje» por distintos talleres del bordado. Aquí se encuentran la saya de los soles que hizo Teresa del Castillo para la Virgen del Valle, la saya burdeos de Ojeda de la Hiniesta, la antigua saya de la Concepción del Silencio de Patrocinio López, la granate de cardos del siglo XIX de la dolorosa del Gran Poder, la de las Siete Palabras de Carrasquilla o la que hicieron las Hermanas Antúnez en el XIX para la Virgen del Patrocinio.
Horarios
De 10 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas hasta el sábado. En Semana Santa solo de mañana. Viernes Santo y Domingo de Resurrección estará cerrado.