«Crear una cúpula de madera en el Gran Poder no es una herejía»

Juan José Asenjo Pelegrina, arzobispo de Sevilla, ha emprendido ya la «cuesta abajo» de su ministerio episcopal en Sevilla, una tierra donde fue recibido con cierta tibieza hace ya más de siete años pero donde ahora se siente querido. A sus 71 años, se le ve con renovadas fuerzas para afrontar una nueva Cuaresma

01 mar 2017 / 09:04 h - Actualizado: 01 mar 2017 / 12:46 h.
"Cofradías","Consejo de Hermandades y Cofradías","Cuaresma 2017"
  • El arzobispo de Sevilla posa en una de las dependencias del Palacio Arzobispal. / Manuel Gómez
    El arzobispo de Sevilla posa en una de las dependencias del Palacio Arzobispal. / Manuel Gómez

Pide «prudencia» a las hermandades para que sus actos de culto externo no ocupen la calle «de forma desmesurada» y se declara «seducido» por el proyecto que crea una segunda piel de madera en la cúpula de la Basílica del Gran Poder. «Sería muy bonito».

—Hoy entra en vigor el Protectorado Canónico de la Archidiócesis. ¿Qué lectura deben hacer las cofradías de este organismo?

—Pues deben hacer una lectura positiva, no tratamos de controlar, sino de ayudar y de servir. Se trata de prestar un buen servicio a estas entidades en el cumplimiento de sus obligaciones derivadas tanto del ordenamiento canónico como del civil. La rendición de cuentas es requisito necesario para que las instituciones eclesiásticas concernidas puedan acogerse al régimen fiscal especial para las entidades con fines no lucrativos que regula la ley. Por este decreto están afectadas algo así como 900 instituciones: 263 parroquias, seis fundaciones pías autónomas, 600 hermandades y cofradías, algunas asociaciones privadas de fieles en parte y luego entes diocesanos autónomos. Nace esta institución con vocación de servicio. Somos la primera diócesis en poner en marcha este Protectorado, pero estoy seguro de que después van a venir las demás.

—¿Qué les ocurrirá a las hermandades que a partir de ahora no rindan sus cuentas?

—Yo no tengo medios coercitivos. Yo puedo persuadir, a lo mejor podré recordárselo a las que no cumplan. Yo creo que es un beneficio el que presenten cuentas, porque eso obliga a ser escrupulosos y evitaremos también pues probablemente sobresaltos como alguno que hemos tenido. Yo creo que es una cautela que deberían aceptar todas las hermandades con buen ánimo y un sentido de obediencia positivo.

—Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero siguen siendo mayoría las hermandades que siguen sin cumplir con el precepto de contribuir al Fondo Común Diocesano...

—Sí. En 2014 sólo fueron 41, en 2015 fueron 78 y en el año 2016 han sido 122. Van subiendo. Yo les diría que todos están obligados a aportar alguna cantidad. Yo no les quiero imponer una cantidad, que cada uno lo haga de acuerdo con sus posibilidades y generosidad, aunque sea poco, como signo de amor a la Iglesia, de inserción en la Iglesia diocesana, de la famosa palabra, de eclesialidad. Que aporten.

—¿Del segundo obispo auxiliar nunca más se supo?

—Yo no tengo noticias en estos momentos.

—¿Cuándo podrá abrirse Santa Catalina nuevamente al culto?

—La obra ya está autorizada tanto por Cultura como por la Gerencia. El ideal sería que pudiésemos empezar ya la restauración por dentro y las obras que tengan que tener una repercusión hacia el exterior dejarlas para después de Semana Santa. El 90 por ciento de lo que hay que hacer es por dentro, aunque también hay que hacer un drenaje perimetral para eliminar humedades. El periodo previsto es de un año y el coste, después de la licitación de la obra en la que han participado siete empresas, se ha rebajado a 1.410.000 euros. Ahora sí que la cosa va en serio y no tendré que esperar a las vísperas de mi jubilación para inaugurar Santa Catalina.

—¿Lamenta que el Arzobispado tenga que hacer frente en solitario, al menos por el momento, a esta última fase?

—Yo tengo fundadas esperanzas de que no vamos a caminar en solitario, pero en estos momentos no tengo noticias que aportar al respecto. Sí puedo decir que si no hubiera ningún tipo de aportación por parte de las administraciones públicas, nosotros acometeremos la restauración integral sin interrumpir las obras pidiendo un crédito.

—En la restauración de Los Terceros será la hermandad de la Cena la que pida un préstamo con el aval del Arzobispado ¿Le satisface la fórmula?

—Pues sí. Creo que la colaboración desde un principio entre la Archidiócesis y la hermandad ha sido loable, positiva. Va a haber un donante que va dar 200.000 euros, pero para los 400.000 euros restantes la hermandad solicitará un crédito que va a avalar el Arzobispado. Creo que ya está encargado el proyecto y que la obra va a empezar en los próximos meses, si Dios quiere.

—Vaya el revuelo que está generando el artículo de las Normas que circunscribe los actos de culto externo de las hermandades a los límtes de la feligresía. Una norma que está teniendo una especial incidencia ahora con tanta profusión de viacrucis...

—Pues precisamente por eso, por tanta profusión de viacrucis, era necesario dictar una norma. Yo me opondría a una norma municipal que impidiera las manifestaciones públicas de religiosidad popular, de la misma forma me opongo también a la desmesura, es decir a que estemos ocupando la calle de forma desmesurada. Yo pido comprensión y prudencia. La ciudad tiene su ritmo que no podemos dificultar, no podemos crear obstáculos innecesarios a todas horas. Pido prudencia y mesura, porque la Iglesia merece un respeto y, a veces, nos pueden faltar al respeto por no ser nosotros respetuosos con los demás.

—¿Han recibido muchas peticiones de cambios de reglas para introducir nuevos itinerarios en estos viacrucis?

—No lo sé. Creo que ha habido algún caso, pero no creo que sean muchos.

—A veces la polémica reside en que una acera de una calle pertenece a la feligresía y la otra no...

—Bueno, pues que lo acepten con espíritu penitencial. El Viacrucis es un acto penitencial propio de la cuaresma. Pues que lo acepten con espíritu de obediencia y espíritu penitencial.

—La hermandad de la Macarena se queja de no haber recibido contestación a su petición de que el Cristo pudiera visitar el vecino hospital...

—Esa información es incorrecta. Fue el día 14 cuando lo solicitaron y ya el día 15 hubo una contestación verbal al rector de la Basílica, Antonio José Mellet. La carta no ha llegado aquí hasta el día 20. Y el día 24, viernes, se les ha contestado. Por problemas atribuibles al servicio de correos, no les habrá llegado pero este mismo lunes se les dio una copia en mano. Entonces, no es verdad lo que se dice. Ha habido una información que no es del todo completa.

—¿Y en qué sentido se le contesta a la hermandad?

—El sentido de la respuesta es el ya sabido, pues que si quieren hacer un viacrucis fuera de los límites de la parroquia de San Gil tienen que modificar las reglas.

—¿Conoce ya algo del pregón de Alberto García Reyes?

—Tengo muchas esperanzas puestas en este pregón porque Alberto García Reyes es un periodista y un poeta de categoría, y un cristiano muy comprometido y con una vibración espitirual más que notable. Estoy seguro de que va a ser un pregón memorable. Él va a venir aquí y me a va a contar y a cantar el pregón.

—Reguló por decreto las actividades extralitúrgicas de los templos, racionalizó por decreto las salidas extraordinarias y ahora recurre a un decreto para crear el Protectorado Canónico. ¿No le asusta gobernar por decreto?

—Pues no me asusta. Guarda el orden y el orden te guardará a ti. Para funcionar en una sociedad plural hace falta una normativa. Cada paso que hemos ido dando lo hemos meditado mucho, hemos previsto las reacciones y desde luego nadie nos podrá acusar de que nuestras normas están en contra del derecho canónico, el derecho civil o simplemente el derecho natural. No son caprichos, ni cosas artificiosas, son ordenaciones razonables y posibles de cumplir.

—Sin embargo, a su jurisdicción escapan otras salidas extraordinarias que promueven otras entidades religiosas de la diócesis. Pongo por caso la salida extraordinaria prevista para el mes de junio del Cristo de los Desamparados del Santo Ángel.

—Ummmm. Eso de que yo no tengo jurisdicción, yo lo discutiría. No sé cómo está ese asunto, a mí no me han solicitado permiso, pero el arzobispo es el moderador de la vida litúrgica y cultual de la Archidiócesis y tiene también algo que decir en este sentido.

—¿Qué balance hace de estos primeros meses de mandato del nuevo Consejo?

—Tengo una impresión excelente del nuevo Consejo y del presidente, Joaquín Sainz de la Maza. No en balde antes de que optara a la presidencia del Consejo lo nombré presidente delegado de Manos Unidas. Tengo mucha confianza en él, estoy muy agradecido a su trabajo en Manos Unidas y pienso que lo están haciendo bien en el Consejo.

—Usted me dirá que su reino no es de este mundo, pero la Madrugá vuelve a ser noticia este año por su intento de adelantar el inicio de la jornada en Carrera Oficial...

—Bastantes problemas tiene el arzobispo ya como para meterse a gobernar la Madrugá. Que sean ellos, que conocen al detalle los aspectos técnicos, los que tomen las decisiones, yo solamente intervendría si estuvieran en juego valores doctrinales o morales.

—Usted presidió el jurado que falló el concurso de ideas para el remate ornamental de la Basílica del Gran Poder. A tenor de la alarma que causó entre los devotos algunas de las dos propuestas ganadoras, ¿puede decirse que Sevilla sigue anclada en modelos artísticos del pasado?

—Buenos, pues... a mí me encanta el barroco, como me encanta el plateresco, puro Renacimiento, el gótico y mucho más el románico, menos conocido en esta tierra. Sin embargo, opino que no nos podemos quedar anclados en un estilo, en una época estética. Si los anónimos arquitectos del Románico se hubieran quedado ahí, no hubiéramos conocido ni el gótico ni los estilos posteriores. A mí me gustaría que en Sevilla también fuéramos caminando y vayamos evolucionando hacia la modernidad en este sentido. En Sevilla tenemos algunas iglesias modernas notables, pongo por ejemplo la iglesia de Santa María de las Flores y San Eugenio, y alguna otras más. A mí me sedujo el proyecto de Alt-Q-Arquitectura, que creaba una segunda piel de madera para el interior de la fábrica del edificio. Bueno... no es una blasfemia, no es un herejía, hubiera sido una cosa, a mi juicio, muy bonita. Vamos a ver en qué queda todo esto. ~

«ESTOY EN LA CUESTA ABAJO DE MI GESTIÓN»

«Al principio pudo ocurrir que algunos no entendieran demasiado mi carácter castellano, pero hoy puedo decir que no recibo más que muestras de afecto y de cariño de los sevillanos. Dios quiera que el Señor apruebe y bendiga mi gestión. Tengo que decir que ya voy en la cuesta abajo. Me quedan tres años y medio en los que procuraré seguir entregado con alma, vida y corazón al servicio de los fieles de Sevilla». Es el balance apresurado que traza el arzobispo de sus más de siete años de gobierno en esta Archidiócesis. ¿Y cambiaría algo de su gestión en Sevilla? «Yo he actuado con la mejor voluntad. Sí tengo la conciencia de que a veces no fui comprendido. A veces pienso que se difundieron sobre mí estereotipos que no eran justos, pero yo lo acepto de acuerdo con aquello de San Pablo, en Romanos: «Para los que aman a Dios todo lo que sucede, sucede para bien». Y puedo asegurar que no guardo rencor». Admite que sus años como pastor de Córdoba fueron «muy gozosos». «Tengo una experiencia y un recuerdo entrañables de Córdoba, pero quiero decir que estos últimos tres años para mí están siendo años también dulces, me siento bien acogido, creo que me siento querido y tengo la impresión de que se me va entendiendo el mensaje que yo quiero predicar».