«Cuando vuelva a mi tierra, me van a decir que llevo una copia»

Los ciudadanos podrán admirar desde hoy hasta el domingo el resultado de la restauración practicada por el IAPH sobre el imponente Cristo de la Agonía

08 feb 2018 / 14:12 h - Actualizado: 09 feb 2018 / 00:30 h.
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  • La restauradora Maite Real interviene en la Capilla de Afuera durante el acto de presentación del imponente Cristo de Vergara. / Manuel Gómez
    La restauradora Maite Real interviene en la Capilla de Afuera durante el acto de presentación del imponente Cristo de Vergara. / Manuel Gómez

«Ahora cuando vuelva a mi tierra me van a decir que llevo una copia, no el original. Voy a tener verdaderos problema con el color: está demasiado blanco». Hasta el delegado diocesano de Patrimonio del Obispado de San Sebastián, Koldo Apestequi, ironizaba con la transformación que ha sufrido el Cristo de la Agonía de Vergara tras su restauración por el IAPH. Cualquier parecido con su apariencia anterior es pura coincidencia. Incluso ha mudado su expresión. «Está muy distinto. La suciedad dramatizaba la expresión de la cara, estaba como quejándose en la cruz; ahora tiene una expresión como más dulce, más triste, una expresión que yo no había visto nunca en este Cristo».

El imponente Crucificado de la Agonía (1622), una de las aportaciones más monumentales de la producción de Juan de Mesa, se expone desde este viernes y hasta el domingo en la Capilla de Afuera del Monasterio de la Cartuja para que los ciudadanos puedan admirar el resultado de la intervención practicada por un equipo de restauradores del IAPH, encabezado por Maite Real.

La intervención integral, que se ha prolongado durante siete meses, ha permitido devolver el esplendor original a una talla que «estaba muy, muy, muy sucia» y que padecía un oscurecimiento generalizado por efecto de la presencia de quemaduras en diversas partes de la policromía –en 1895 salieron ardiendo las cortinas del dosel del retablo donde se ubica la imagen– y de la superposición de varias capas de barnices coloreados.

Realizado en 1622 por encargo del contador real Juan Pérez de Irazabal, oriundo del pueblo guipuzcoano de Vergara y afincado a principios del siglo XVII en Sevilla, este Cristo expirante está considerado por la crítica como «un hito fundamental para la historia de la escultura policromada española».

A pesar de su antigüedad, cercana a los cuatro siglos, la imagen de este Cristo conserva su policromía primera y también su cruz original, una particularidad que se explica debido a que no fue concebido para procesionar y a que ha permanecido durante todo este tiempo en la misma capilla de la iglesia de San Pedro de Ariznoa del pueblo de Vergara, adonde será de nuevo entronizado el domingo 18 de febrero tras una viaje con parada en la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián para su presentación pública.

A juicio de Koldo Apestequi, a partir del momento de la entronización en su retablo, quedará cegada la visión de la espectacular anatomía de la espalda de este Crucificado que se mantiene fijado al madero sólo por los tres puntos de apoyo que le ofrecen los clavos.

La restauradora explicó que «no ha hecho falta» intervenir sobre la estructura de la imagen y que, tras su estudio y valoración,el equipo del IAPH decidió no reintegrar los fragmentos de la corona de espinas que le faltan.

HORARIO DE LA EXPOSICIÓN

La imagen del Cristo de la Agonía estará expuesta del viernes 9 al domingo 1 1 de febrero en la Capilla de Afuera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Monasterio de la Cartuja, con acceso por Camino de los Descubrimientos y por calle Américo Vespuccio). Viernes y sábado, el horario de la exposición será de 11.00 a 21.00 horas, mientras que el domingo será de 10.00 a 15.00 horas.