Donde nacen los rocieros

Camino. El paso por el vado del Quema es uno de los momentos más emotivos para los rocieros. El rito del bautizo desborda las emociones

01 jun 2017 / 09:12 h - Actualizado: 01 jun 2017 / 09:13 h.
"Rocío","El Rocío 2017"
  • Las plegarias y salves se repiten sin parar al cruzar el Quema. A la derecha, los caballistas de la hermandad del Cerro. /Manuel Gómez
    Las plegarias y salves se repiten sin parar al cruzar el Quema. A la derecha, los caballistas de la hermandad del Cerro. /Manuel Gómez
  • Donde nacen los rocieros
  • Un grupo de rocieros cruzando el Quema. / Manuel Gómez
    Un grupo de rocieros cruzando el Quema. / Manuel Gómez

La emotividad del camino del Rocío tiene uno de sus puntos álgidos cuando las hermandades pasan el vado del Quema, el Jordán rociero cuyas aguas bautizan a quienes se echan al camino por primera vez para llegar hasta los pies de la Blanca Paloma. Para dar fe de ello, solo hay que irse unos minutos al vado del Quema y ver las caras de los romeros mientras suben la pequeña rampa que sirve para salir de estas benditas aguas para los rocieros. Ahí verá cómo los ojos de casi todos los rocieros están hinchados y las lagrimas han corrido con fuerza por las mejillas. Las emociones, como si fueran un río, se desbordan.

Durante la mañana de este miércoles, cientos de rocieros protagonizaron cientos de historias en el Quema. Cada uno sabrá los motivos por los que hace el camino y por las intenciones que ofrece tanto sacrificio. Porque el camino es sacrificio, y con la temperatura que hacía ayer, y que hará estos días, no es fácil caminar horas y horas bajo el sol y tragando polvo por muchas neveras que se lleven para el camino.

A lo largo de la jornada se repetía con cada hermandad el rito del bautismo. Era fácil distinguirlo desde abajo. Cabeza abajo y agua con las dos manos sobre el cogote eran la antesala de las lágrimas, los besos y los abrazos. «Lo que el Rocío ha unido, que no lo separe el hombre», decía un rociero en tono de broma sin saber que esta soltando una gran sentencia, porque esos momentos del camino y esa convivencia entre amigos y familiares es, en principio, como toda la vida.

Durante este miércoles, la provincia sevillana estuvo magníficamente representada por sus rocieros, que llenaron de cantes y vivas las aguas del Quema. Desde primera hora pasaron por allí Salteras, Tomares, Camas, Almensilla, Cerro del Águila, Castrense, Benacazón, La Algaba, Umbrete, Bollullos de la Mitación, Morón de la Frontera, Albaida del Aljarafe, Coria del Río, Olivares y Aznalcázar, una exquisita representación sevillana que dio gran ejemplo sobre cómo se va al Rocío.

Hoy seguirán pasando, y llegarán las hermandades más populares y numerosas. E independientemente de si van más o menos peregrinos, las estampa se repetirá. Volverán a correr las lágrimas porque habrán nacido nuevos rocieros.