El Cristo de la Púrpura ya recibe las oraciones

Bendecida la imagen de José Antonio Navarro Arteaga para la hermandad de las Cigarreras

10 dic 2016 / 15:48 h - Actualizado: 10 dic 2016 / 22:58 h.
"Las Cigarreras"
  • Al fondo, el altar que ocupará el nuevo Cristo en la capilla. / El Correo TV
    Al fondo, el altar que ocupará el nuevo Cristo en la capilla. / El Correo TV

Los hermanos de las Cigarreras, el vecindario del barrio de los Remedios y la Sevilla cofradiera, en general, disponen de una nueva imagen sagrada, la de «Dios arrodillado recogiendo la púrpura» tras sufrir el despiadado castigo de la flagelación, a la que elevar sus oraciones. Este sábado se ha bendecido en la capilla de la Fábrica de Tabacos la nueva imagen del Cristo de la Púrpura realizada por José Antonio Navarro Arteaga para la hermandad de las Cigarreras, una talla que ha cosechado innumerables elogios en su presentación en el Ayuntamiento y con la que la corporación del Jueves Santo recupera una advocación perdida que procesionó por última vez por las calles de Sevilla en 1874.

Empuñando un hisopo conformado por hojas de tulla, pasadas las 13.30 horas, el párroco de los Remedios, Francisco Ortiz, rociaba con agua bendita la portentosa imagen del Cristo de la Púrpura, ante una capilla repleta de fieles y en presencia del hermano mayor cigarrero, Claudio Espejo, del delegado del Jueves Santo, José Carretero, y del propio artífice de la imagen, quien vivió este momento tan especial en su carrera acompañado de su mujer y de su pequeño hijo Juan, que a sus dos añitos ya se ha revelado como un gran «ayudante» de su padre.

Durante la homilía de la misa solemne celebrada con motivo de la bendición, el párroco de los Remedios destacó el acierto de la hermandad de las Cigarreras en la elección de un artista que, además de ser hermano de la corporación, «ha entendido a la perfección esta iconografía» plasmando una imagen «llena de unción» y que «enriquece no sólo material sino espiritualmente» el patrimonio de la corporación de los Remedios. El celebrante felicitó al imaginero por «la solución» que le ha dado a su obra a la hora de reinterpretar la iconografía tradicional de Cristo recogiendo las vestiduras púrpuras tras la flagelación, apostando por una «nueva» representación de este modelo iconográfico «en la que el Señor se nos presenta con toda la fuerza y, a la vez, con esa serenidad en la cara». En una celebración amenizada por los cánticos de la Coral Polifónica de Jesús Despojado, Francisco Ortiz recordó que la púrpura es «el color de la sangre y del testimonio, como recuerdan los papas cuando nombran a los cardenales» y refirió que en el rostro de este Cristo de la Púrpura «está toda la divinidad del Dios que nos permite que alcancemos la victoria de la salvación».

Al término de la misa, el hermano mayor cigarrero tomó la palabra para agradecer el esfuerzo realizado a los donantes de la imagen, «que desean permanecer en el anonimato», y al propio imaginero, por la ejecución de una imagen «de tanta unción y que seguro va a ser muy beneficiosa para el patrimonio material y espiritual de la hermandad». Claudio Espejo subrayó que se trataba de «un día muy importante para la hermandad y no es porque se inicie una nueva etapa, sino porque la hermandad recupera una etapa histórica en la misma». En declaraciones a El Correo, el hermano mayor insistió en que la única pretensión de la hermandad ha sido la de «recuperar la memoria histórica de la devoción de esta advocación» y subrayó que «será el futuro y los hermanos de las Cigarreras los que decidan el recorrido posterior de la imagen».

Navarro Arteaga, por su parte, se mostró «sobrepasado» por los numerosos parabienes recibidos tras la presentación de la imagen, que en sólo cuatro días y medio recibió más de 13.000 visitas en la exposición en el Ayuntamiento.