Guía cofrade (91): Rampla

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

11 mar 2017 / 13:16 h - Actualizado: 11 mar 2017 / 13:27 h.
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  • Niños jugando en la ‘rampla’ del Salvador el Domingo de Ramos. / Gregorio Barrera
    Niños jugando en la ‘rampla’ del Salvador el Domingo de Ramos. / Gregorio Barrera

En Sevilla y justo cuando la Cuaresma va entonando su cuesta abajo que acaba en la Semana Santa, empiezan a proliferar en almacenes de hermandad y en iglesias, las ramplas. Aquí el término correcto es rampla, para esa pieza de madera y metal que colocada en una iglesia, en su puerta sirve para que un paso gane la calle sin necesidad de bajar un escalón. Por eso rampla va sin comillas, al menos en Sevilla. Aquí las rampas están en los garajes, edificios y autobuses, para que los coches y las personas en silla de ruedas tengan acceso de edificios a calles y viceversa.

Muchas ramplas alfombran las salidas de las cofradías, la imposible de Santa Cruz, la que aminora el nivel, que no la dificultad, en Omnium Santorum, o la que sirve para despreciar la estrechez de la calle en la Costanilla alta... Muchas que nombrar, aunque la rampla por excelencia y la que todos visualizamos en nuestra mente es la del Salvador, la que reposa todo el año en un almacén en Utrera y que cada año regresa una mañana de las semanas previas a la Semana Santa. En el camión que empieza a descargar hierro y madera para que el domingo siguiente la hermandad del Amor haga la mudá de sus pasos. También le voy a quitar las comillas a mudá porque si en el uso lingüístico la RAE permite términos como armondiga, culamen o palabro..., me niego a ponerle comillas a rampla o mudá, porque si es por uso durante el año aquí se usan así.

La familia Mendoza además de campaneros ilustres de Sevilla y Andalucía, montan cada año la rampla, tanto es así que es como una especie de tangram familiar y cofrade aunque ya se saben las piezas de memoria. Pronto, muy pronto ya va a estar montada y los niños corriendo de arriba a abajo, que aquí desde hace tiempo hasta ahora se ha corrido más en la rampla que en el tartán de Chapina. Y el Domingo de Ramos a seguir con el rito, a tener la suerte de poner en la calle la cantera de cofrades y su amado Hijo.

Y cualquier mañana pasaremos y al mirar ya no estará la rampla. Estará durmiendo en Utrera hasta el año que viene.