Guía cofrade: Ancla (278)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

19 nov 2017 / 06:37 h - Actualizado: 18 nov 2017 / 19:06 h.
"Cofradías","Guía cofrade"
  • El ancla es el símbolo que mejor identifica a la hermandad de la Esperanza de Triana. / El Correo
    El ancla es el símbolo que mejor identifica a la hermandad de la Esperanza de Triana. / El Correo

El ancla, símbolo de la Esperanza de Triana. Onminpresente en toda la hermandad. La vinculación de la corporación del arrabal con el gremio de los marineros –que data del siglo XV– hace que el ancla sea uno de los símbolos con los que más se identifican los hermanos de la Esperanza.

El ancla está presente en toda la hermandad. Tal es así, que su escudo corporativo está compuesto por un ancla con la corona real. No se concibe a la hermandad sin ella y por eso, la mayor devoción de la corporación, la Esperanza de Triana, siempre la lleva prendida: o sobre su pecho o colgada de una de sus manos. Es la señal inequívoca de lo que este símbolo significa para Triana.

El ancla también está presente en la túnica de los nazarenos de la cofradía y en el paso de la Esperanza. Y es que, también está presente en el casquete de uno de los candelabros de cola del palio.

El ajuar de la Virgen tampoco es una excepción. De hecho, la imagen mariana posee una toca destinada para la salida profesional –bordada en oro sobre malla por las Hermanas Martín Cruz en 1965– que en la zona de la cola presenta un ancla de pedrería verde a la que rodea un flotador con la leyenda: Esperanza Triana.

Así las cosas, para Triana el ancla es mucho más que un objeto marinero utilizado para atracar los barcos. Para Triana el ancla es el símbolo que fija su fe a la Esperanza. Algo más que un objeto con el que se identifica el sentimiento y la devoción de todo un barrio. En Triana, el ancla significa Esperanza y la Esperanza no se marcha porque está anclada a las raíces del arrabal.

En Triana los anclas penden de la Esperanza, de los cuellos de las señoras y también de las pulseras y colgantes. En Triana ya no se sabría vivir sin su ancla.