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Guía cofrade: Bordillos (327)

Los bordillos son como las sillas naturales del callejero hispalense

09 ene 2018 / 06:54 h - Actualizado: 09 ene 2018 / 06:54 h.
"Cofradías","Guía cofrade"
  • Dos cofrades y una nazarena disfrutando de los servicios de un bordillo sevillano. / Paco Cazalla
    Dos cofrades y una nazarena disfrutando de los servicios de un bordillo sevillano. / Paco Cazalla

Están siempre ahí, con nosotros, todo el año. Inmóviles, más que eso, petrificados. En silencio y habitualmente desapercibidos. No dan muchos problemas. A lo sumo, de vez en cuando se ponen farrucos y propician un traspiés de algún peatón despistado. Y, sin embargo, cuando el calendario enfila el Viernes de Dolores se convierten en codiciados, reyes del altar profano del cofrade de a pie. Ese que, cuando lleva dos o tres mil nazarenos en el cuerpo, implora por uno. Por un bordillo. Aunque solo sea por un trocito. Los mayores no los miran con buenos ojos porque, pensarán, las cofradías hay que verlas como Dios manda, de pie. La penitencia del espectador. Pero mucho antes de que en alguna oscura cueva llena de seres maléficos se inventaran las sillitas plegables, los bordillos ya hacían las veces. Sevilla es pródiga en ellos, pero si hay una calle en la que reinen esa bien podría ser Alfonso XII, en la que coinciden una tras otra, en según qué jornadas, varias hermandades seguidas. Y en ellos, en los bordillos, se arremolina el gentío durante el tiempo que se puede, que viene a ser el que media entre que un miembro de la benemérita te indique que has de levantarte no vaya a ser que te conviertas en sospechoso de zancadillear al vecino malaje del quinto, ese que sale de nazareno en el cuarto tramo de la Virgen. Los bordillos, como las manoletinas, las sillitas, las estampitas o los caramelos forman parte de la cotidianidad de la Semana de Pasión. De momento nadie ha teorizado mucho sobre ellos, pero todo es cuestión de tiempo. Los bordillos son como las sillas naturales del callejero hispalense. Y recuerde: Cuando termine de disfrutar de ellos recoger todas las cáscaras de pipas del suelo. Gracias.