Guía cofrade: Ceriferarios (166)

Denominados indistintamente adoradores, custodios o más exactamente ceriferarios, estas pequeñas tallas cobran su mayor exposición pública en paso del Cristo de la Vera Cruz

26 may 2017 / 10:54 h - Actualizado: 26 may 2017 / 10:57 h.
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  • Ángeles ceriferarios del camarín de la Virgen de las Nieves. / El Correo
    Ángeles ceriferarios del camarín de la Virgen de las Nieves. / El Correo

La presencia de los ángeles ceriferarios –llamados así por portar ciriales pequeños o faroles– en las cofradías sevillanas suele pasar desapercibida por el aficionado medio. Denominados indistintamente adoradores, custodios o más exactamente ceriferarios, estas pequeñas tallas cobran su mayor exposición pública en paso del Cristo de la Vera Cruz, cuya talla va acompañada por dos ángeles de obra anónima del siglo XVIII que fueron reformados por Emilio Pizarro de la Cruz en 1915 y Castillo Lastrucci en los años 40 una vez fueron adquiridos por la corporación del Lunes Santo a la Hermandad del Calvario, anterior propietaria de los mismos. La misión de estos ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el camino para llegar al Cielo. De alguna manera constituyen la expresión plástica y cofrade de la idea popular del ángel de la guarda. Otras hermandades que los poseen son La Amargura, El Silencio y San Benito (tallados por Francisco Buiza). Destacan de manera especial (si bien no son ceriferarios) los que vemos cada Jueves Santo en el paso de misterio de La Exaltación, de autoría inexacta aunque algunos estudiosos los atribuyen al círculo de La Roldana. El culto a los ángeles ceriferarios comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países en una época inexacta, si bien existe un libro acerca de esta devoción editado en Barcelona con fecha de 1494, lo que da una idea de la antigüedad de la devoción. Los ángeles ceriferarios son, sin embargo, una categoría más entre los múltiples ángeles que permite la iconografía católica; en la que conviven turiferarios (que portan un inciensario), pasionistas, de horquilla, querubines y un largo etcétera.