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Detalle del Ángel Eucarístico de la Hermandad de Las Aguas. / El Correo
El simbolismo en torno al culto a la Sangre de Cristo en la Semana Santa de Sevilla no es fácil de rastrear. De hecho, en toda España, el ejemplo más evidente lo encontraríamos en la popular cofradía murciana de los coloraos, que cuenta con el Cristo de la Sangre, obra de Nicolas Bussy (1693). Se trata de una clarísima representación de Lagar místico, esto es, una alegoría que une la sangre derramada de Cristo con las uvas y el jugo de la vid que sale del lagar, un recipiente donde se pisa la uva y que estaría representado por el vaso que sostiene el ángel a los pies del Crucificado. En Sevilla observaremos una muestra del Lagar místico en la tarde del Lunes Santo, en la Hermandad de Las Aguas. Obra del imaginero Juan Abascal, estrenada en 1962, se presenta arrodillado, con la mirada ascendente y en actitud de recoger en un cáliz la sangre y el agua que brota del costado del Santísimo Cristo.
El Lagar místico constituye un complejo símbolo de la eucarística ya que subraya la idea de que este sacramento tiene su fundamento en la pasión y muerte de Jesús que, según las Escrituras, derramó su sangre por nosotros. En la representación original Cristo se nos presenta de pie, como si estuviera pisando las uvas en el lagar pero con sus manos aún clavadas en el madero. Un angelito recoge en una copa un llamativo chorro de sangre que brota del costado. El tema de Cristo en el lagar y la alegoría de las uvas se hizo muy usual en las cantatas barrocas protestantes. Johann Sebastian Bach lo utiliza en su cantata Gott fähret auf mit Jauchzen, BWV 43. Sin embargo, en la Semana Santa sevillana es una alegoría completamente desconocida de no ser por la alusión del Ángel Eucarístico de Las Aguas. ~