La Guía Cofrade de El Correo de Andalucía repara hoy en la figura del nazareno «limosnero o demandante», cuya presencia en la Semana Santa sevillana se reduce exclusivamente al cortejo de la hermandad de los Negritos, aunque sin ejercer la función que antaño desempeñaban, que no era otra que la de recabar donativos entre los fieles que asistían a contemplar la procesión. Fue en el año 1993, coincidiendo con el sexto centenario de su fundación, cuando la cofradía de la calle Recaredo rescató la presencia de estos dos hermanos, con bolsas de terciopelo azul en las manos, delante de la Cruz de Guía. Antiguamente esta hermandad tenía la costumbre de abrir su cortejo con estos limosneros, que iban recogiendo donativos para el sostenimiento de la casa hospital fundada a finales del siglo XIV por el cardenal Gonzalo de Mena y Roelas con el fin de acoger y atender a los esclavos de raza negra que al envejecer o enfermar eran abandonados a su suerte. Cuando en el año 1993 la cofradía del Jueves Santo rescató la presencia de los limosneros, el Arzobispado no otorgó permiso para que realmente cumplieran con su función y, desde entonces hasta hoy, con alguna intermitencia, han seguido saliendo de manera simbólica ante la Cruz de Guía como vestigio de un tiempo pasado. Se da la circunstancia de que en el año 2012, la hermandad de San Esteban, gobernada aquel año por un comisionado, se propuso recuperar la figura de los limosneros delante de cada uno de sus pasos con el fin de invitar a los fieles a que aportaran donativos que irían destinados íntegramente a la ayuda social de la corporación del Martes Santo. El propósito de la hermandad sí obtuvo el beneplácito del Arzobispado para que los limosneros cumplieran su antigua función de pedir por las calles, pero la lluvia impidió ese año la salida de la cofradía.