Guía cofrade: Palma (239)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

10 oct 2017 / 23:37 h - Actualizado: 10 oct 2017 / 23:41 h.
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  • Nazarenos de la Borriquita portan palmas rizadas. / Manuel Gómez
    Nazarenos de la Borriquita portan palmas rizadas. / Manuel Gómez

«Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle y clamaban: ¡Hosanna!» (Jn, 12-13). La palma es otro de los símbolos universales de la Semana Santa y, en concreto, es un elemento característico de la primera jornada pasionista. No en vano, su nombre, Domingo de Ramos, fue tomado de esa escena que narran los evangelistas. Desde primeras horas de la mañana del día del «estreno», la palma cobra especial protagonismo en la ciudad. Los canónigos realizan una procesión, con el arzobispo de Sevilla al frente, en los aledaños de la Catedral. Es la tradicional procesión de palmas, que luego tiene continuidad con la misa celebrada en el interior del templo catedralicio, en la que también forman parte de la liturgia. A su término, centenares de sevillanos acuden con sus palmas para que sean bendecidas. Lo mismo ocurre en todos los templos.

Si hay una cofradía donde las palmas configuran su impronta, esa es la de la Sagrada Entrada en Jerusalén (la Borriquita). La iconografía del misterio representa el pasaje bíblico en el que el Señor, a lomo de un pollino, realizada su entrada triunfal en la ciudad santa. Allí es recibido por una multitud de fieles con palmas y ramos de olivo. Por eso, sobre el canasto, las imágenes de Juan, Pedro y Santiago el Mayor portan palmas, que junto a la portentosa palmera confieren un singular movimiento en el paso. También la mayoría de los nazarenitos blancos que acompañan al primero de los titulares del Amor llevan palmas durante la estación de penitencia.

Los balcones con colgaduras de damasco y una palma asida a esta confección textil forma parte de una estampa clásica en el centro de Sevilla, sobre todo, en aquellas zonas por donde discurren cofradías. De un tiempo a esta parte, han proliferado el número de sevillanos que desean engalanar los balcones con este sencillo elemento, del que puede salir una obra de arte entrelazando y rizando sus hojas y formando bonitos dibujos. La demanda por conocer esa técnica ha crecido en los últimos años y ya son varias las hermandades que organizan talleres durante la Cuaresma. De esa forma, además de favorecer que la tradición perdure pueden obtener fondos para la diputación de caridad.

Como curiosidad, la dolorosa de la hermandad del Buen Fin se llama Nuestra Señora de la Palma y en esta pasada Semana Santa, como guiño a su advocación, los priostes colocaron en sus jarras del palio algunas flores artificiales realizadas con hojas de palmera.

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