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El Cristo de Burgos luce tallado el paño de pureza, aunque lo llevó en tela. / Pepo Herrera -
El Cristo de la Expiración del Museo. / I. Gómez -
El misterio de Montserrat. / José Luis Montero
Si ayer tratábamos en esta guía el sudario hoy nos centramos en el paño de pureza. Puesto que, aunque algunos consideran que se trata de una misma cosa, aquí se distingue entre el lienzo de tela con el que descendieron el cuerpo de Cristo de la cruz y lo envolvieron para su traslado al sepulcro, que es lo que consideramos sudario, de la pieza de tela que a modo de falda corta se le puso a Jesús, por pudor, para ocultar su desnudez durante su crucifixión, que es lo que denominamos paño de pureza, también conocido como perizonium, linteus o lienzo de pureza.
No aparece en los evangelios canónicos, sino en uno de los apócrifos, el Evangelio de Nicodemo (10:1), donde, al narrarse la escena del expolio (cuando es despojado de sus vestidos –la túnica inconsútil que sí está reflejada en los canónicos– ), se dice: «Y Jesús salió del Pretorio y los dos ladrones con él. Y cuando llegó al lugar que se llama Gólgota, los soldados lo desnudaron de sus vestiduras y le ciñeron un lienzo, y pusieron sobre su cabeza una corona de espinas y colocaron una caña en sus manos. Y crucificaron igualmente a los dos ladrones a sus lados, Dimas a su derecha y Gestas a su izquierda». Fuera crucificado o no con el paño de pureza, la tradición cristiana ha representado siempre a Jesús con este paño ceñido a la cintura y así figura en nuestros pasos.
En Sevilla todos los crucificados que procesionan en Semana Santa llevan el perizonium tallado y sólo el Cristo de Burgos lució durante un tiempo el paño de pureza de tela. Su forma (longitud, ceñido, cinturón, etc.), que permite simbolizar ciertas ideas iconográficas, es utilizada por los expertos en arte para datar las diferentes representaciones del crucificado. De hecho, este lienzo fue objeto de una tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid firmada por Carmen Gómez García: Disposición del paño de pureza en la escultura del Cristo crucificado entre los siglos XII y XVII.
Según la tradición, la verdadera reliquia del perizonium se conserva en la catedral de Aquisgrán.
Por extensión, la expresión paño de pureza o lienzo de pureza se aplica a cualquier recurso utilizado para cubrir las partes pudendas de los desnudos en el arte.