El prioste es uno de los miembros de la junta de gobierno de una hermandad que tiene por cometido montar y desmontar los altares cuando hay que celebrar los diferentes cultos de la corporación, los pasos para la estación de penitencia en la Semana Santa y de las correspondientes cambios de ropa de las imágenes titulares. Para este cometido, se ayuda de un grupo de hermanos que son designados camareros del Señor o de la Virgen, que son quienes realmente visten y desvisten a las imágenes.

Normalmente, cada junta de gobierno suele llevar dos priostes ya que es un cargo en el que es fundamental trabajar en equipo. Los priostes suelen imponer su sello en cada altar que montan, e incluso se habla de que hay distintos estilos en las labores de priostía y diversas corrientes a la hora de colocar la cera en el altar, si hay más o menos cirios colocados para la celebración eucarística o qué forma tienen los ramos de flores escogidos para la ocasión.

Durante la estación de penitencia a la Catedral o el cualquier traslado que puedan realizar las imágenes, los priostes deben estar atentos en todo momento a cualquier incidencia que pudiera darse durante el recorrido por si hubiera que reparar algún elemento del paso con cierta emergencia. Durante toda la Semana Santa es habitual que un paso de palio sufra la rotura de un varal, que se suelte un llamador o un candelabro, que se caigan las potencias o la corona de espinas que lleva el crucificado o que la propia cruz cimbree demasiado y haya que ajustarla de nuevo.

Las labores de priostía de una hermandad durante prácticamente todo el año, dado que siempre hay algo que preparar. Por este motivo, la priostía en una hermandad es uno de los grandes focos de atracción para que los jóvenes se acerquen a la casa de hermandad y se vayan integrando en la corporación. Muchos niños y adolescentes tienen entre sus principales aficiones estar en las dependencias de la corporación limpiando la plata de los pasos y ayudando a montar los diferentes altares así como los pasos de cara a la Semana Santa. Es uno de los grandes focos de cantera de la Semana Santa dado que además de los trabajos de priostía propiamente dicho dan pie a que se forje una grata convivencia entre los hermanos que pasan horas y horas trabajando juntos.