Guía cofrade: ‘Requiem’ (220)

La Guía Cofrade explica hoy a que nos referimos en Semana Santa cuando hablamos de ‘Requiem’.

22 sep 2017 / 08:17 h - Actualizado: 21 sep 2017 / 22:14 h.
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  • Bienvenido Puelles compuso esta marcha en memoria de Juan Vizcaya, capataz de San Gonzalo. / El Correo
    Bienvenido Puelles compuso esta marcha en memoria de Juan Vizcaya, capataz de San Gonzalo. / El Correo

Inspiró al genio de Mozart hace siglos, aunque para la urbe cristiana sirva más bien para denominar una celebración religiosa o misa que se dedica a la memoria del difunto. En la Semana Santa de Sevilla se conoce con este nombre una de las marchas de cornetas y tambores que identifica a la banda de las Cigarreras y que más suena tras un paso de Cristo o de misterio durante su estación de penitencia a la Catedral.

La marcha Requiem nació en el año 1986 aunque su sonido parece que ha estado siempre en la memoria cofrade de la ciudad. Su autor es Bienvenido Puelles Oliver, prolífico compositor y cofrade, que ha sido hermano mayor de San Gonzalo, costalero del Señor del Soberano Poder ante Caifás y director musical de la banda de cornetas y tambores de las Cigarreras. La compuso en la localidad sevillana de Benacazón hace ya 31 años. En concreto, se estrenó el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz, de ese mismo año. Detrás de los acordes de esta composición dedicada a la hermandad de San Gonzalo hay una bella historia que la inspira. Con ella, Bienvenido Puelles quiso realizar un sentido homenaje musical a la memoria de Juan Vizcaya, que fuera durante muchos años capataz de San Gonzalo y que falleció tristemente en un accidente de circulación en 1976.

Con el paso del tiempo, se ha convertido en una de las marchas de referencia de las bandas de cornetas y tambores, siendo interpretada por multitud de formaciones repartidas por toda la geografía española. Hay quien la considera el himno oficial de las bandas de cornetas y tambores. Los expertos aseguran que su éxito radica en que refleja a la perfección la pena por el amigo fallecido, al tiempo que deja aflorar los sentimientos más íntimos que invitan a reflexionar sobre la Pasión y Muerte de Jesús.