-
El shofar es un instrumento de viento fabricado con el cuerno de un animal. / J.L. Montero
Es uno de los términos acuñados recientemente en el diccionario especializado de la Semana Santa de Sevilla. De hecho, no fue hasta el año 2011 cuando se empezó a conocer y escuchar por primera vez tras un paso este curioso instrumento de viento de origen hebreo: shofar.
Su particular sonido, parecido al de una trompeta, se encarga de transmitir las órdenes a los componentes de la Guardia Judía, formación que el Sábado de Pasión (un día antes del Domingo de Ramos) va escoltando al paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón de la joven hermandad de la Milagrosa durante la estación de penitencia que viene realizando por el barrio de Ciudad Jardín, junto a la Gran Plaza.
El shofar hace las veces de cornetín de órdenes para que los componentes de la Guardia Judía de la Milagrosa armen y desarmen sus palos. Su uso en determinados puntos del recorrido viene a reforzar las órdenes que trasmite el capital de viva voz, en arameo y acompañado de golpes de palo en el suelo. El shofar se hace sonar, sobre todo, en lugares donde el bullicio impide a los últimos miembros de la formación escuchar con claridad las órdenes del máximo responsable.
Está fabricado con el cuerno de un animal puro, limpio (kosher), como el carnero, cabra, antílope o gacela (no de vaca ni de toro). Se utiliza en varias fiestas solemnes religiosas judías, así como en algunos servicios religiosos cristianos. Este instrumento es uno de los más antiguos conocidos por el hombre, usado por los hebreos desde hace más de 4.000 años. Se fabrica vaciando el interior de los cuernos de ciertos animales, prefiriéndose los que más curvatura posean. En el Año Nuevo judío (Rosh Hashaná) y el Día del perdón (Yom Kipur) se toca el shofar durante la ceremonia de rezo y al final del rezo de Neila, solo una vez. En Rosh Hashaná se hacen 100 sonidos del shofar, de la misma forma que el lamento de la madre de Sísara, que contiene 100 letras (Jueces, 4), y según la creencia, algunas comunidades acostumbran a producir un sonido largo final para confundir a Satanás (Ángel del Mal). Los sonidos son repeticiones de tres sonidos básicos conocidos como: Tekia (un solo soplo largo), Shevarim (tres soplos medianos) y Terua (nueve soplos cortos).