Guía cofrade: Siete puñales (182)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

10 jun 2017 / 21:57 h - Actualizado: 11 jun 2017 / 08:48 h.
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  • La Virgen de la Piedad de los Servitas luce un corazón con los siete puñales. / El Correo
    La Virgen de la Piedad de los Servitas luce un corazón con los siete puñales. / El Correo

El símbolo de los siete puñales clavados en un corazón es un elemento de la iconografía mariana muy presente en nuestra Semana Santa.

Los siete puñales representan los siete dolores de la Virgen María, referidos a los sucesos de la vida, pasión y muerte de su hijo. Estos dolores son: 1) la profecía de Simeón, en la que se le anuncia a la Virgen que una gran espada le atravesará el corazón; 2) la huida a Egipto provocada por la persecución de Herodes; 3) Jesús perdido en el Templo durante tres días; 4) se encuentra con su hijo cargado con la cruz; 5) el momento de crucifixión y muerte de Jesús; 6) la Piedad, el momento en el que la Virgen recibe a su hijo muerto en brazos, y 7) el entierro de Jesucristo.

Aunque los siete dolores de la Virgen están presentes en el trasfondo mariano de casi todas nuestras cofradías, es en los Servitas donde lo vemos de manera más patente. Es el elemento principal de su escudo, haciendo referencia directa a su primera titular, la Virgen de los Dolores (ocurre algo parecido con la heráldica de Jesús Despojado, también con una Virgen de los Dolores en su nómina). El nombre «Dolores», de hecho, alude precisamente esos siete de los que hablamos. Esta advocación, la de los Dolores, es la más común en nuestra Semana Santa. Incluso llegó a procesionar la Virgen llamada «de la Antigua, Siete Dolores y Compasión», que daba nombre a una cofradía del Jueves Santo extinguida a finales del XVIII y que salía del templo que hoy es capilla de Montserrat.

Encontramos también un corazón atravesado por un puñal en el emblema del Baratillo; en esta ocasión referido al sexto de sus dolores.

Es muy común ver un solo puñal de gran tamaño, hecho de orfebrería, en el pecho de muchas de nuestras dolorosas. Ese puñal, por regla general, hace alusión expresa al cuarto dolor de la Virgen, aquel que recuerda su encuentro con él en la Calle de la Amargura, con la cruz a cuestas. El nombre de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, del Gran Poder, hace mención explícita de ese cuarto puñal que atravesó su corazón causándole el máximo daño al ver el sacrificio de su hijo.