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Desde hace varios años, la Capilla Real de la Catedral acoge el Cabildo de Toma de Horas. -
El vicario preside este acto.
El Cabildo de Toma de Horas es uno de esos inequívocos ritos cuaresmales que preconizan la llegada inminente de la Semana Santa. Se celebra en la mañana del cuarto domingo de Cuaresma, también llamado dominica Laetare –esto es, a 14 días del Domingo de Ramos– y se trata de un «acto administrativo» de carácter protocolario en el que la autoridad eclesiástica sanciona los horarios y recorridos que habrán de cumplir las cofradías en Semana Santa. Desde hace varios años, su celebración se desarrolla en la Capilla Real de la Santa Iglesia Catedral, ante un auditorio conformado por los hermanos mayores y diputados mayores de gobierno de cada una de las hermandades. Pero no siempre ha sido así.
Es a partir de 1604, con ocasión de las disposiciones sinodales firmadas por el cardenal Fernando Niño de Guevara y que regulan aspectos cruciales de la Semana Santa, cuando por primera vez se institucionaliza y adquiere carácter obligatorio la práctica de que el provisor y vicario general de la Archidiócesis hispalense señalara las calles por donde cada cofradía debía de ir, así como la hora de su salida.
Desde la segunda mitad del siglo XVIII se impone la costumbre de imprimir la nómina de las cofradías penitenciales, indicando su sede canónica y su día y hora de salida, tradición que se sigue conservando con mayor abundamiento de datos.
Este «señalamiento de horas» tenía lugar, en origen, el Martes Santo en la capilla de las Doncellas de la Catedral, constituyéndose un juzgado compuesto por el Provisor con su Fiscal y el Presidente del Ayuntamiento con alguno de sus Tenientes, asistidos de Notario, secretario y otros oficiales de estas autoridades eclesiástica y seglar. De las diligencias tomadas se extendía acta duplicada para los archivos de ambas jurisdicciones. Desde la fundación del Consejo de Cofradías, es su secretario quien se encarga de levantar acta, y su presidente forma parte de la mesa. A partir de 1844 el acto comenzó a desarrollarse en el Antecabildo catedralicio y desde 1880 se trasladó su celebración al Sábado de Pasión. Con posterioridad, ya en pleno siglo XX, se conoció su discurrir en la Sacristía Mayor, en la Sala Capitular y, desde hace varios años, en la Capilla Real.