Honores al rey conquistador

Pese a la controversia por la supresión de su festividad en 2018, los sevillanos veneran un año más al santo rey Fernando III en la primera apertura de la urna tras su reciente restauración

22 ago 2017 / 14:47 h - Actualizado: 22 ago 2017 / 20:04 h.
"Virgen de los Reyes"
  • Centenares de sevillanos desfilan ante el cuerpo incorrupto de Fernando III el Santo. / Jesús Barrera
    Centenares de sevillanos desfilan ante el cuerpo incorrupto de Fernando III el Santo. / Jesús Barrera
  • Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
    Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
  • Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
    Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
  • Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
    Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
  • Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo
    Detalles tras la restauración de la urna y del relicario. / El Correo

El «¡Gloria, gloria a Ti, Virgen de los Reyes!» del himno que le compusiera en 1946 Ángel Urcelay, seguido, sin solución de continuidad, de la interpretación al órgano de la Marcha Real a cargo de José Enrique Ayarra ponen fin a la predicación del último día de la Octava en honor de la Patrona de Sevilla en una abarrotada Capilla Real donde, a pesar de la tempranera hora, aletean sin cesar los abanicos. Es 22 de agosto en Sevilla, y tras la misa presidida por el capellán real y párroco del Sagrario, Manuel Cotrino, centenares de sevillanos desfilan ante el cuerpo incorrupto de Fernando III el Santo, el monarca que en el año de 1248 «libertó a Sevilla del mahometano», según reza la leyenda que recorre el friso superior del lado interno de la colosal reja de la Capilla Real. Y como es tradición desde 1789, junto al sepulcro del santo rey no faltan los uniformes militares –mirada al frente, barbilla arriba y la culata del mauzer apoyada en el pavimento– de los componentes de la escolta del Arma de Ingenieros, que tienen por patrón al monarca canonizado por la Iglesia en 1672, más de cuatro siglos después de su muerte.

Es la tercera vez en el año que la suntuosa urna de plata que labrara Juan Laureano de Pina se descubre para que el pueblo pueda venerar al rey que ganó Sevilla para la cristiandad, esta vez con ocasión de la culminación del octavario de la festividad de la Asunción. Las otras tres fechas reservadas para la apertura de la urna también son fijas en el calendario: el 14 de mayo –en conmemoración del traslado definitivo de sus reliquias a su ubicación actual, hecho que ocurrió en 1729–; el 30 de mayo, día de su solemnidad; y el 23 de noviembre, cuando el monarca entró triunfalmente en Sevilla acompañado, según se asegura, de la milagrosa imagen de la Virgen de los Reyes. No es hasta la finalización de la misa cuando, una vez completado el cambio de guardia de la escolta militar, la cola de devotos y curiosos comienza a desfilar ante los cristales que custodian esta regia reliquia de la mejor historia de Sevilla. «Aquí no se habla de estas cosas. La devoción al santo sigue viva y está muy por encima de esas discusiones», asegura uno de los miembros de la Asociación de fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando en torno a la polémica generada por la supresión de su festividad en 2018 en beneficio de un día de fiesta en plena Feria de Abril. Las personas que se acercan a la Capilla Real se llevan de recuerdo una estampa del santo rey representado con la bola del mundo en su mano izquierda y su espada Lobera a la derecha. «Este año han hecho furor los pins con la efigie del santo, que se nos han acabado, y los llaveros», explica una de las mujeres que atienden la mesa petitoria de la Asociación de fieles, entidad dependiente del Cabildo Catedral que el próximo 11 de diciembre celebrará eleciones para renovar los cargos de su junta.

La de este martes ha sido la primera vez que se izaban las cortinillas que velan el cuerpo del rey santo tras la minuciosa restauración realizada por el orfebre Fernando Marmolejo sobre la urna relicario que fuera construida por Juan Laureano de Pina y el baldaquino que cobija a la Virgen de los Reyes en su altar. «Se ha hecho una buena limpieza y se ha reforzado la estructura de la urna, aunque queda pendiente para una segunda fase el reforzamiento del cierre, previsto para el año que viene, al igual que la mejora de la iluminación de la Capilla Real», asegura Ana Isabel Gamero, conservadora de los Bienes Muebles de la Catedral. «No te imaginas las capas de suciedad que recubrían el extraordinario cincelado de una de las piezas más importantes de la orfebrería barroca sevillana del XVII. Y todo se ha limpiado con lo que menos te imaginas: agua y jabón». A partir de ahora, apunta la conservadora, se aprovecharán los cultos a la Virgen para realizar un mantenimiento anual.