Poco más de 27 minutos se tardaría en evacuar la parcela de la Campana que linda con la fachada de un conocido establecimiento de comida rápida. Todo eso, suponiendo que los 1.632 abonados de dicha zona salieran a la velocidad de una persona por segundo por la única vía de acceso a la parcela, que se sitúa en la confluencia Velázquez-Campana.
Los problemas de seguridad se repiten en los 1.080 metros de longitud de la Carrera Oficial y constituye el principal propósito de Jesús Creagh en su propuesta de un nuevo itinerario común para las hermandades en su procesionar hasta la Catedral. En la actualidad, la Carrera Oficial alberga un aforo aproximado de 35.000 personas, si bien moviliza a un total de 100.000 en su radio de influencia más cercano. Además, concéntrica a esta, se genera una nueva área que soporta el tránsito de otras 50.000 personas aproximadamente. En total, cerca de 200.000 personas se concentran en un radio muy reducido, aumentando consigo el peligro de un posible incidente, ya sea causado o fortuito.
Consideraciones de este tipo hacen que Creagh insista en que la Carrera Oficial necesita una reforma, pues la situación «se va haciendo cada vez más insostenible y compleja», como declaró este lunes en la Cámara de Comercio junto al presidente de la Fundación Civisur, Manuel del Valle, quien ocupara la Alcaldía de Sevilla entre 1983 y 1991. «No hay nada que preocupe más a un alcalde que la seguridad de sus ciudadanos», declaró Del Valle, cuya fundación ampara el proyecto Creagh.
Este proyecto prevé la ampliación de la Carrera Oficial tanto en longitud como en aforo, si bien es cierto que el aumento de abonos disponibles no será exponencial al de espacio. Según el plan Creagh, la Carrera Oficial comenzaría en Villasís, pasando por Campana, que «se debe conservar» según el propio Creagh, y llegar a la Plaza Nueva por Velázquez-Tetuán.
La instalación de los palcos en Plaza Nueva permitiría aumentar levemente el número de abonos –pasaría de los 1.143 actuales a unos 1.200–, aunque ganaría en calidad, ya que estos tendrían un espacio mucho mayor a los 1,74 metros cuadrados actuales en los que se disponen las seis sillas de una manera bastante incómoda. Además, las sillas se dispondrían de cara al discurrir de la cofradía y no como sucede actualmente. «No tiene sentido ir al teatro y sentarse mirando de lado al espectáculo», explicó Creagh queriendo hacer el símil.
Otra de las propuestas que recoge el proyecto presentado al Consejo de Hermandades y Cofradías por Jesús Creagh –cuenta con el beneplácito de su presidente, Joaquín Sainz de la Maza, para divulgar las conclusiones de su estudio– es sacar de la Catedral los baños y «recuperar el esplendor espiritual» de la seo. Estos módulos se instalarían en la fachada almohade de la Catedral y en la zona que de la Plaza del Triunfo.
Según Creagh, esta reforma, que también «tiene sus perjuicios», redundará en una mayor seguridad, un mayor aforo y, por lo tanto, un ingreso económico extra para las hermandades.