Un año más la hermandad de la Trinidad, con su cofradía de La Borriquita, era el pórtico de la Semana Santa utrerana, pero como consecuencia de la lluvia tuvo que suspenderse esta estación de penitencia con la que cada año se abre el Domingo de Ramos de Utrera.
A las 11 de la mañana los pronósticos no eran muy halagüeños para esa hora. En principio se suspendió la salida y se retrasó una hora, a la espera de que al mediodía hubiera mejores condiciones meteorológicas. No fue así y, finalmente, tuvo que suspenderse y no se abrieron las puertas de la capilla de la Trinidad.
La gran novedad de esta cofradía era el estreno del nuevo paso que proviene de la Asociación Parroquial de la Sed de Sanlúcar de Barrameda, que a su vez lo había adquirido a la hermandad de la Cena de Huelva que lo realizó a mediados de los años 50, un paso que ante la tristeza y los sollozos de algunos y los lloriqueos de los más pequeños no pudo estrenarse.
Esta cofradía tendrá una segunda oportunidad de procesionar por las calles de Utrera el Jueves Santo con sus otros dos titulares trinitarios, el Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de los Desamparados, la histórica cofradía con más de tres siglos de historia que cada año pasa bajo el Arco de la Villa.
Pese a la suspensión matinal de la procesión de la capilla de la Trinidad, Utrera no se quedó sin Borriquita, ya que en la pedanía de Trajano sí se celebró desde la parroquia de San Pablo esta popular procesión, que contó con una mayor afluencia de público que otros años.
Por la tarde la climatología mejoró y se desarrollaron con normalidad las procesiones de la Oración en el Huerto de la hermandad de Jesús y la Quinta Angustia.