Puntualmente a las 10.30 horas de la mañana se abrían las puertas de la Iglesia de María Auxiliadora de Morón de la Frontera. En la calle, momentos anhelantes esperando la primera procesión que realizaría la estación de penitencia por las calles de la ciudad.
Una expectación llena de ilusión a la que se unía la impaciencia por ver en la calle el mayor estreno de la Semana de Pasión: el nuevo paso del Cristo de la Bondad en su entrada triunfal en Jerusalén. El crujir de las maderas acompasaba los pasos que bajo las trabajaderas daban los costaleros. En la calle Marquesa de Sales, los primeros comentarios ante la expectación del estreno, alabando las grandes dimensiones de un paso, al que aún le queda mucho para su terminación total.
Durante toda la semana, en el interior de la iglesia se ha trabajado a contrarreloj ultimando todos los detalles de este paso del señor con talla, en madera de cedro, de José Ángel Banegas. Ya con los nuevos faldones, aplausos para la mañana del Domingo de Ramos donde los pequeños nazarenos portaban las palmas en el recorrido oficial.
Tras la salida, rumbo al Pozo Nuevo donde, Adela Gómez puntualmente pedía por primera vez la venia al Consejo de Hermandades que, al igual que muchos moronenses, se encontraban de estreno. El nuevo palquillo relucía en una mañana cuyo gran protagonista ha sido el sol que desde bien temprano calentaba las calles repletas de vecinos. Bajo el son de Tu sentir costalero se adentraba la cofradía en la carrera oficial sintiendo el clamor de los moronenses ansiosos por vivir la Semana Santa. Y aunque a la salida la hermandad fue menos acompañada que en años anteriores, ya por su recorrido el gentío escoltó a la Borriquita en las calles de su ciudad.
Un Domingo de Ramos que continuaba por la tarde, en este caso desde San Miguel, con el Cautivo y la Virgen de la Paz, que en esta estación de penitencia estrenó los dos laterales de la canastilla del paso del Cautivo y también nueva bandera de la hermandad, donada por los hermanos.