La faceta más cofrade del cardenal Marcelo Spínola

San Lorenzo acoge la puesta de largo del libro de Jesús Donaire sobre el beato

03 may 2018 / 15:52 h - Actualizado: 04 may 2018 / 08:47 h.
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  • Coloquio en San Lorenzo con participación del párroco, Francisco de los Reyes, el historiador José Leonardo Ruiz y el autor del libro./ Jesús Barrera
    Coloquio en San Lorenzo con participación del párroco, Francisco de los Reyes, el historiador José Leonardo Ruiz y el autor del libro./ Jesús Barrera

«Hacer justicia a una de las más grandes figuras de la Iglesia de Sevilla». Esa fue la razón última que empujó al sacerdote diocesano Jesús Donaire, actual párroco del Corpus Christi, a dedicar su tesis doctoral en Teología Espiritual al beato Marcelo Spínola y Maestre (1835-1906), «una figura tan eminente y que tanto bien hizo en Sevilla, a pesar de que no siempre ha sido valorada y reconocida», asegura su autor.

Se trata de la primera tesis doctoral escrita sobre la vida y el ministerio apostólico de este «hombre de Dios» que siempre se distinguió por «buscar, por encima de todo, el bien sobrenatural de los fieles encomendados a su cuidado pastoral». Aquella investigación, defendida en 2015, ha visto ahora la luz en una obra de más de 600 páginas con el título Un sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor. Y aunque la presentación oficial del libro ya se realizó el pasado mes de marzo en la Real Maestranza de Caballería –institución que junto a la Congregación de las Esclavas ha costeado su edición–, ha sido este jueves cuando se ha celebrado la puesta de largo de la obra en la parroquia de San Lorenzo, donde Spínola ejerció como párroco durante algo más de ocho años, en un intento por «acercar su figura a todas las realidades pastorales con las que tuvo algún tipo de vinculación», de ahí que el acto de ayer estuviera muy enfocado al mundo de las hermandades.

A este respecto, Donaire destacó en su intervención que, amén de su mediación en 1903 en la conocida concordia «que él mismo redactó como antiguo jurista» y que puso fin al litigio entre las hermandades del Gran Poder y la Macarena por la precedencia de paso en la estación de penitencia de la Madrugá, Spínola «ejerció como arzobispo de Sevilla una labor constante en favor de las hermandades con su atención pastoral y por medio de circulares y disposiciones, convencido del valor de las cofradías como fuerzas vivas de la Iglesia».

Siendo arzobispo de Sevilla, Spínola fue nombrado hermano mayor perpetuo de la hermandad del Gran Poder, donde «se esforzó por asistir a los cabildos cuantas veces pudo y por ser miembro activo de la nómina de esta hermandad». Como suprema autoridad eclesiástica en la diócesis, aprobó las reglas de San Roque, de los Panaderos, de Santa Cruz y de los Negritos, de la que sigue siendo hermano mayor honorario. Donaire también destacó su papel en la coronación canónica de la Virgen de los Reyes, «promovida y organizada por él para festejar el quincuagésimo aniversario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de María», un acontecimiento que convirtió a la Patrona de Sevilla en la «primera imagen de la Virgen coronada canónicamente en tierras andaluzas».

Reconocimiento

Sin renunciar a corregir algunos desórdenes para velar por las pureza y dignidad de las mismas, el elogio de Spínola al mundo de las hermandades y cofradías es constante en sus escritos. En una circular de febrero de 1899, dice que las hermandades y cofradías son «elemento importantísimo en la vida de la Iglesia; contribuyen a sostener el culto y darle esplendor; avivan y aumentan la piedad; siembran la divina palabra en los corazones y fomentan el arte». Y en otra circular defiende la existencia y el valor de las salidas procesionales como actos públicos de la Religión, y estima que «las imágenes –son palabras del beato– con que se representan los misterios de la religión son libros abiertos que instruyen al pueblo en las verdades de la fe, y predicadores elocuentes de la misericordia divina», señalando que las procesiones «no hay que suprimirlas, sino procurar que se extirpen los defectos de que adolecen», labor que él mismo procura y encomienda a los hermanos mayores.

EL CONFESIONARIO DONDE SE SENTABA

En la antigua capilla bautismal de la parroquia de San Lorenzo puede contemplarse aún, casi como una reliquia, el confesionario en el que Marcelo Spínola se sentaba para perdonar los pecados de sus parroquianos. Entre los documentos que se conservan en esta parroquia se encuentran su nombramiento como regente y arcipreste de la ciudad y el acta de consagración de la parroquia de San Lorenzo como obispo auxiliar.

LOS RASGOS Y VIRTUDES DE UN HOMBRE DE DIOS

«Humano, caritativo, altruista, humilde, orante, justo». Son algunas de las virtudes que, a decir de Jesús Donaire, adornaron al beato Marcelo Spínola, un hombre muy sensible a los problemas sociales de su tiempo. «Impulsado por su caridad pastoral promovió asociaciones obreras que ayudasen a los trabajadores a encontrar una vida laboral digna, se preocupó por la formación y educación de las niñas jóvenes, fundando la congregación de las Esclavas del Divino Corazón, y por la formación cristiana y cultural de su tiempo, promoviendo entre otras muchas iniciativas, la fundación del El Correo de Andalucía, con el que pretendió la divulgación de la verdad objetiva en el difícil ámbito de la opinión pública», destacó Donaire.