La gran cofradía que regala vida

Un total de 40 hermandades llevarán esta Semana Santa cirios en sus pasos por los donantes de órganos. Anoche se fundió el que alumbrará a la Virgen de los Dolores del Cerro del Águila

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
13 mar 2018 / 22:35 h - Actualizado: 13 mar 2018 / 22:35 h.
"Cofradías"
  • Anoche se fundió el cirio por los donantes de órganos en el Cerro del Águila. / Jesús Barrera
    Anoche se fundió el cirio por los donantes de órganos en el Cerro del Águila. / Jesús Barrera
  • Sara, trasplantada de corazón, en el acto de Montesión.
    Sara, trasplantada de corazón, en el acto de Montesión.
  • La gran cofradía que regala vida
  • La gran cofradía que regala vida
  • Colocación del lazo negro en el banderín de la Sed.
    Colocación del lazo negro en el banderín de la Sed.

Antifaces revestidos de solidaridad. Ceras que lloran al compás del recuerdo y la concienciación. Cornetas con solos de esperanza y costales que cargan con el ejemplo de aquellos ángeles que antes de marcharse dejaron parte de su cuerpo para curar a otras personas enfermas. Es la gran cofradía de la Semana Santa de Sevilla que regala vida en cada chicotá. Aquí no hay más papeleta que sacarse el carné de donante de órgano, ni más Catedral que entregar el templo mayor de la salud a través de la levantá del trasplante. Su diputado mayor de gobierno, el doctor José Pérez Bernal –a la sazón de actual director general de trasplantados del Colegio de Médicos de Sevilla– sigue, palermo en mano, sumando tramos y tramos a este pujante cortejo procesional que bien merece una extraordinaria aunque apenas supere la década de antigüedad. La comitiva vuelve a crecer este año: 40 hermandades de la capital asumen la liturgia de «amor al prójimo» en las velas que estos días colocan en sus pasos. Anoche tuvo lugar el ceremonial del cirio por los donantes de órganos en el Cerro del Águila.

La parroquia que cumple 25 años es «fuente de vida» para el barrio cerreño. Pero lo es más en estos días en los que crecen las emociones al mismo ritmo que lo hace la candelería de la Virgen de los Dolores. Desde hace cinco años, la tarea no la completan los priostes, sino quienes recientemente han dado o recibido vida. «Manuel es un hombre del Cerro. Su hijo murió y salvó vidas. María José viene de Gerena. Es una luchadora. Ha sido trasplantada de riñón el pasado septiembre. Le vamos a llenar de Esperanza», relataba el doctor Pérez Bernal a los pies del palio, que aguardaba «este bonito símbolo» de la fundición del cirio con la frase La vida que vive en mí, extracto de las palabras que pronunció el cardenal Carlos Amigo Vallejo en la función del 25 aniversario de la primera estación de penitencia en 2014. Precisamente, el prelado empezó con esta historia en el palio de la Amargura en 2008 a raíz del cartel de la Semana Santa de Díaz-Cantelar y el «cirio votivo» que pintó dedicado al donante de su esposa.

Desde entonces se ha mantenido «este gesto del mundo cofrade para salvar vidas», que este año han incorporado cuatro hermandades más: Las Penas, Buen Fin, Montserrat y La Milagrosa. «Representa a los donantes que han dado vida y que, como ángeles que son, tienen que estar al lado de la Virgen. También como semilla de amor al prójimo, para quienes lo contemplan», argumentaba Pérez Bernal después de escuchar otros testimonios, como los de Fernando, trasplantado de corazón; Pilar, que donó los órganos de su marido; Mercedes, «que ha dado un riñón a su hijo Óscar»; o a la saetera Ana Pérez, esposa de Ramón, trasplantado de hígado, y una asidua a estos actos.

Otros colectivos de las hermandades han integrado esta «nueva forma de vivir la caridad» como expuso el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en carta pastoral. «Los costaleros fueron los primeros. Antonio Santiago en la Macarena, José Manuel Palomo en El Sol y los Ariza con la Soledad», advirtió el doctor Pérez Bernal, quien ha reconocido que «el mundo cofrade está ayudando mucho al aumento de donaciones».

La concienciación ha llegado también a los hermanos en general, «a través de charlas y escritos en los boletines», donde «siempre hay testimonios de donantes y trasplantados». De igual manera, a través de los patronazgos sobre determinadas imágenes y la música. «Todas las bandas llevan en sus banderines un lazo negro con la leyenda Hazte donante, dona vida». La última en hacerlo ha sido la nueva banda de La Sed hace unas semanas. «Han compuesto una marcha [Talita Kum], la sexta de las dedicadas a los donantes de órganos».

Además este año, en San Gonzalo se puede solicitar la tarjeta de donante con la papeleta de sitio para cumplir «con este acto sublime de amor al prójimo», como lo ha definido el Papa Francisco.