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‘La historia de un Profeta’ susurra por la Pasarela

La Presentación al Pueblo de Dos Hermanas vive una tarde de esplendor

26 mar 2018 / 21:33 h - Actualizado: 26 mar 2018 / 23:45 h.
"Lunes Santo","Semana Santa 2018"
  • El paso de la Presentación al Pueblo por la Pasarela es uno de los momentos del Lunes Santo nazareno. / F. G.
    El paso de la Presentación al Pueblo por la Pasarela es uno de los momentos del Lunes Santo nazareno. / F. G.
  • Decenas de nazarenos abren paso al palio de la dolorosa de la hermandad de la Santa Cruz. / F. G.
    Decenas de nazarenos abren paso al palio de la dolorosa de la hermandad de la Santa Cruz. / F. G.

La chicotá que los costaleros de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas realiza al paso del Señor cumplió este Lunes Santo de nuevo con la tradición, que dice que es aquella en la que tienen que recorrer la Pasarela sin detenerse, pero hacerlo además ofreciendo lo mejor de un paso cuya forma de andar va arrancando aplausos por donde transcurre. Y este recorrido lo hizo mientras sonaba la marcha La historia de un Profeta.

La historia de la Pasarela Cristo de la Presentación al Pueblo recuerda aquella primera salida de dicha cofradía, cuando, camino de la Carrera Oficial, debía coger por este espacio para superar la vía del tren y poder alcanzar el centro de la ciudad. Con apenas costaleros, para un cajón que pesa bastante, cuando se supo en la ciudad de su salida hubo otros costaleros que quisieron echarle una mano, pero que decidieron esperar al paso justo en la cumbre de dicho puente. El caso es que, echándole casta, los costaleros que iban debajo del paso decidieron no detenerse y cruzarla entera. Un gesto de orgullo que se convirtió en tradición y que siempre es esperado por los numerosísimos fieles que la buscan cada Lunes Santo bien al lado del Parque de la Alquería, bien al de Huerta Palacios.

Fue el segundo día de la Semana Santa nazarena y la primera jornada repleta de primavera, de sol, de buenas temperaturas y, de nuevo, de tanta gente que quiso aprovecharlo para vivir la calle y sus cofradías. Y cuando se trata de la hermandad de la Santa Cruz, su barrio parece seguirla casi al completo allá por donde va, ya sea en la salida, en el tradicional paso por la Pasarela, en la Carrera Oficial o, de nuevo, en el regreso a las calles de su feligresía.

La especial idiosincrasia de esta cofradía se percibe desde mucho antes de que las puertas de la capilla de Santa Cruz se abrieran, con los constantes abrazos y deseos de buen camino que hace que todos parezcan miembros de una gran familia, porque todos se conocen, todos se llaman por sus nombres y todos se quieren. Un hermanamiento que se convierte en pura emoción y, en muchos casos, en lágrimas vivas.

A partir de ahí, todo fluye con mucha naturalidad. Con la naturalidad con la que camina el misterio, sobrio y alegre, pausado y señorial, pero siempre tan atractivo como envidiarían muchos y bajo el mando de una cuadrilla de capataces que comanda ahora un joven, pero ya experimentado, Jesús García Ramírez, siempre bajo la atenta mirada del veterano Agustín García Gandullo.

Y es que las nuevas generaciones van tomando el mando de los pasos de esta singular cofradía nazarena, ya que quien soporta el del palio con la imagen de Nuestra Señora del Amor y Sacrificio es otro joven capataz, José Manuel Pedrera Colorado, quien cuenta con las dotes de mando que ha heredado de su familia y de tantos años.

Uno y otro saben que el Lunes Santo en Dos Hermanas es especial y que son cientos los vecinos que buscan a esta cofradía de la Presentación al Pueblo allá por donde pasa, pero también que son numerosos los seguidores de la misma y de su banda de la Presentación al Pueblo, al frente de la cual estuvo de nuevo su director, Luis Román Palacín, los que acuden desde otras poblaciones cercanas e incluso de la capital para seguirla.

El resultado es un recorrido procesional siempre repleto de amantes de la Semana Santa, de sus tradiciones y de las cosas bien hechas. Porque no sólo la salida desde su capilla de Santa Cruz o la Pasarela estuvieron repletas de personas, sino su paso por una Carrera Oficial que parece transformarse cuando el Señor de la Presentación la cruza. Sin olvidar que luego quedaba el regreso y, además, teniendo que superar de nuevo un puente peatonal que, ya de noche, ofrece un recogimiento tremendamente especial.

Desde que esta cofradía puso el pie en la calle de nuevo brindó una tarde y una noche para el recuerdo de todos los que la siguieron en sus distintos puntos del recorrido, y haciendo recordar a muchos que no hace falta irse a Sevilla para ver buena Semana Santa... que en Dos Hermanas la hay y, además, repleta de constantes sentimientos.