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Vista de las pinturas en la cubierta del templo de San Antonio Abad. / Hermandad del Silencio
La Iglesia de San Antonio Abad, donde tiene su sede la hermandad del Silencio, ha cerrado al culto por el inicio de los trabajos en su bóveda, en la que están por descubrir y restaurar pinturas murales del siglo XVIII que llevan la firma de Juan Espinal, un destacado representante del rococó sevillano.
El proyecto arrancó en 2012, con unas actuaciones acometidas en el antepresbiterio, y que continuaron posteriormente en el presbiterio y en la parte alta del coro. En esta ocasión le toca el turno a la parte más alta de la bóveda, en la que el equipo de restauradores Barbasán-Casotti eliminarán los estratos de cal que mantienen ocultas las pinturas y reintegrarán la policromía, tras lo cual aplicarán diferentes técnicas conservativas. Se prevé que en cinco meses se hayan acabado estos trabajos.
Mientras tanto, las imágenes de la hermandad se han trasladado a la capilla de Jesús Nazareno, espacio por el que se podrá acceder desde el atrio, a través de un acceso que la hermandad ha habilitado.