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La limpiadora que demandó a su hermandad

En el Cuerpo de Ciriales de esta semana, además, el ‘nuevo’ Centro de Estimulación del Buen Fin

18 feb 2017 / 10:00 h - Actualizado: 18 feb 2017 / 10:00 h.
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Un caso verídico

La limpiadora que demandó a su hermandad

La noticia ha salido a la luz porque, inevitablemente, la junta de gobierno ha tenido que dar cuenta detallada a sus hermanos, en el último cabildo general de cuentas, del varapalo económico que ha supuesto la broma a las arcas de la corporación. Una hermandad con más de 500 años de historia –el nombre nos lo reservamos– se ha visto obligada a indemnizar con 15.000 euros a la mujer que durante más de 35 años ha estado realizando las labores de limpieza en su capilla y casa de hermandad sin que existiera una relación contractual de por medio. Hasta seis hermanos mayores distintos habían visto pasar a esta limpiadora por despachos, dependencias y estancias de la hermandad antes de que la junta de gobierno actual decidiera regularizar una situación que se iba enquistando con el paso de los años. El caso es que el actual hermano mayor, viéndole las orejas al lobo, y a la vista de que la limpiadora ya no tenía la agilidad ni la edad recomendables como para estar subiendo y bajando escaleras –rozaba ya los ochenta años–, le propuso a la empleada que ya no fuera más a limpiar, que su idea, por contra, era profesionalizar el servicio. La que hasta entonces había sido una relación exquisita entre hermandad y empleada –por algún momento su nombre llegó a figurar en la nómina de la hermandad como una hermana más–, se tornó entonces en una guerra judicial. La mujer decidió defender sus derechos en los tribunales e interponer una demanda en toda regla contra la hermandad, demostrando que llevaba más de tres décadas sacándole brillo a las dependencias de la cofradía. «De ser una mujer queridísima en la hermandad pasó a ser aborrecida». Sostiene la hermandad que anteriormente ya se le había ofrecido en alguna ocasión contratarla, pero que esta mujer había rechazado tal ofrecimiento ya que disponía de una pensión de viudedad que no quería perder. Tras un año de pleitos, y asesorada por sus juristas, la hermandad ha decidido plegar velas y alcanzar un acuerdo extrajudicial para indemnizar a esta mujer con una cantidad de 15.000 euros antes de que un juez pudiera poner a la corporación contra las cuerdas. «A lo mejor a otras cofradías no le supone nada, pero para nosotros esa cantidad representa un fuerte bocado al presupuesto anual de la hermandad». El caso puede servir de aviso para navegantes incautos. ¿Quedan muchos empleados sin contratar en nuestras hermandades? Pues hora es de que regularicen su situación.

Buen Fin

El ‘nuevo’ Centro de Estimulación

El día 1 de marzo, miércoles de Ceniza. Esa es la fecha escogida por la hermandad del Buen Fin para colocar la primera piedra del que será su futuro Centro de Estimulación Precoz en las nuevas instalaciones del convento de San Antonio de Padua. Al acto institucional está previsto que acudan el alcalde y el consejero de Salud, entre otras autoridades. La idea es que los 350 niños que reciben atención en el Centro puedan incorporarse a las nuevas instalaciones tras el verano (Stop). «No creo que la solución de la Madrugá pase exclusivamente por El Calvario. Podría ser un alivio, pero nada más. Si la Esperanza de Triana creciera unos cien nazarenos más, otra vez tendríamos la burra a brincos» (Stop). En El Baratillo, Ignacio Arce vivirá este Miércoles Santo su última Semana Santa como hermano mayor. El próximo 12 de junio hay elecciones y, salvo sorpresa, en el horizonte sólo se atisba la candidatura encabezada por el actual teniente de hermano mayor, Marcelino Serrano Cantalapiedra (Stop). Sucedió el pasado domingo en el santuario de Los Gitanos durante el acto de jura de nuevos hermanos. Ana, de 7 años, aguardaba el momento de recibir la medalla de cordón morado de su hermandad. Cuando el hermano mayor se acercó para colgársela de su cuello, el siempre servicial Pepe Moreno le comunicó que estaba a su diposición y que, si algo necesitaba, sólo tenía que pedírselo. La pequeña, que en los últimos meses ha visto cómo el aspecto de su madre ha ido cambiando por culpa de una enfermedad, no se lo pensó dos veces: «Mi mami está enferma, ¿tú puedes curarla?». Con el corazón compungido, el hermano mayor se abrazó a la pequeña, la besó y le prometió que el Señor de la Salud estaría muy cerca de ella. La niña regresó a casa feliz y colgó la medalla del Señor del cabecero de su cama (Stop). Guiño al pasado en la iglesia del Sagrario. La Virgen de Guadalupe permanecerá este fin de semana en besamanos extraordinario ataviada como aquel 19 de febrero de 1967, día de su bendición.