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El tapiz colocado detrás de la Virgen. / El Correo -
La Virgen con el tapiz en el fondo. / El Correo -
Detalle del marco en el que va el tapiz murillesco. / El Correo
La priostía de la hermandad de la Macarena sigue dando sobradas muestras de ingenio, buen gusto y conocimiento del arte. Para el devoto besamanos de la Virgen del Rosario, que se celebra desde hoy y hasta el miércoles, el grupo de priostía, encabezado por Fernando Marmolejo y Jero Núñez, han ideado un montaje que incluye un guiño al universal pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, de cuyo nacimiento se cumplen cuatro siglos el próximo año (1617-2017).
La Virgen aparece enmarcada por un dosel dorado realizado con los respiraderos de su paso procesional. Y como fondo a este dosel se ha colocado un tapiz, a modo de rompimiento de gloria, que representa una corte de ángeles portando algunos de los atributos alegóricos de la Virgen. Estos ángeles dirigen sus miradas y gestos hacia la paloma del Espíritu Santo, la cual aparece en la zona superior.
Este cielo impreso se inspira en las pinturas de Tiépolo con inserciones iconográficas de querubines de la escuela pictórica sevillana, siendo un emotivo homenaje a uno de los sevillanos más universales que ha dado la historia. De hecho, muchos de los ángeles y querubines que aparecen pintados en ese tapiz están extraídos de las pinturas murillescas. Para la reproducción impresa de este tapiz, la hermandad ha contratado los servicios de una empresa londinense especializada en museografía pictórica.
Este rompimiento de gloria o resplandor está en sintonía estética con los frescos de la Basílica.
La Virgen del Rosario viste el manto azul y plata y la saya de otomán blanco de Francisco Carrera Iglesias, mientras el exorno floral está compuesto por lissianthus, rosas polares y clavellinas.El devoto besamanos a la titular gloriosa ha sido desplazado de sus fechas habituales para pasar a desarrollarse los días 10, 11 y 12 de octubre debido a la celebración del programa de actos conmemorativo del 50 aniversario de la consagración de la basílica.