Un matrimonio formado por un senegalés y una peruana con varios hijos a su cargo. Un antiguo costalero de la hermandad al que la vida acabó enterrando bajo una carga más dolorosa que la de la trabajadera. Algún que otro musulmán... Hombres, mujeres y niños de toda condición a los que les une una característica: la de estar amparados por la Asistencia Social de la Macarena. Hasta 51 personas sin recursos, «los más pobres entre los pobres, los que no tenían que comer un plato caliente el día de Navidad», pudieron disfrutar este 25 de diciembre de un almuerzo benéfico organizado por la hermandad de la Macarena en colaboración con la empresa de hostelería La Tapa del Frasco.
Enfundado en su delantal, el propio hermano mayor macareno, José Antonio Fernández Cabrero, ha participado como un voluntario más sirviendo platos a los comensales de este almuerzo navideño, celebrado en las instalaciones del citado restaurante, ubicado en el barrio de Los Remedios. «A muchos de ellos los conozco porque los trato a diario. Aunque sea hermano mayor, pienso dedicarle más tiempo a mis dos vocaciones, la formación y la caridad; en lo demás, la hermandad funciona sola», relata Fernández Cabrero. Los invitados a esta comida benéfica del día de Navidad degustaron un entrante con chacina variada (jamón, caña de lomo, chorizo, salchichón y queso), un primer plato basado en un «suculento» potaje de garbanzos, un pollo al horno de segundo, y para terminar un postre con brazo de gitano y un variado surtido de polvorones. «También se ha tenido en cuenta un menú alternativo para los musulmanes que no podían comer cerdo».
El promotor de esta iniciativa, bautizada con el nombre de Naranjas Verdes y cuyo objetivo es repetir estas comidas en varias provincias andaluzas, es un hermano de la Macarena llamado Enrique Ordóñez, sevillano él, con negocios de distribución en Panamá. «Quienes han asistido lo que han visto es un concepto de hermandad distinto; una manifestación de hermandad diferente a la que aprecian el resto del año».