Las cofradías cambian la noche por el ‘prime time’

La seguridad, la falta de público en la calle y el cansancio de los cortejos han llevado a las hermandades a olvidarse de las entradas tardías. Para la mayoría, trasnochar no está de moda

02 oct 2016 / 13:21 h - Actualizado: 02 oct 2016 / 13:24 h.
"Madrugá","Sevilla, abierta 24 horas"
  • La hermandad de Jesús Despojado es una de las corporaciones del Domingo de Ramos que tiene un horario de paso más ajustado a las nuevas demandas de las cofradías sevillanas. / El Correo
    La hermandad de Jesús Despojado es una de las corporaciones del Domingo de Ramos que tiene un horario de paso más ajustado a las nuevas demandas de las cofradías sevillanas. / El Correo

No existe norma escrita que lo certifique ni tampoco ley científica que lo ampare. Es más bien una tendencia o un cambio de biorritmos capillitas que ha acabado por confirmar que en Sevilla las cofradías ya no están dispuestas a trasnochar. Se acabaron –habrá que ver si para siempre– aquellas disputas morales entre las hermandades en las que estaba en juego la honra de ser la última en cerrar las puertas del templo. Aquello parece que pasó, como también las chicotás que se eternizaban o las revirás que las cuadrillas apuraban hasta el extremo.

En este nuevo escenario, tanto la mesura como el reloj se han convertido en dos de los grandes aliados para las cofradías. Un cambio progresivo, que ha venido consolidándose en los últimos años, y que ha permitido que los cortejos hayan descontado minutos a sus estaciones de penitencia con los que ganarle tiempo al día y perdérselo a la noche. En ellos, salvo contadas excepciones, los acuerdos han ido encaminados a eliminar un par de calles o el último rodeo por el barrio, aportando esos 15 o 20 minutos de menos que buscaban los diputados mayores de gobierno.

Con el paso del tiempo ha quedado claro que esta tendencia no ha sido un capricho de las hermandades. Se trata, más bien, de una decisión –conjunta pero no coordinada– que ha buscado reducir el sobre esfuerzo de los cortejos, evitar las escenas con poco público durante las entradas de las cofradías en los templos y, principalmente, que la seguridad en las calles esté completamente garantizada. Máximas que empezaron a preocupar a las juntas de gobierno sobre todo desde que ocurrieron los sucesos de la Madrugá del año 2000. Aquella sensación de vulnerabilidad ha acabado desembocando en una preocupación latente que se ha traducido, entre otros, en estos cambios horarios.

Haciendo una rápida estadística de los últimos diez años –entre la Semana Santa de los años 2006 y 2016– se puede concluir que 24 de las 60 cofradías sevillanas han adelantado la hora de su entrada. Un tercio de hermandades que ha modificado sus horarios de forma oficial y al que habría que añadir los casos de las que lo han hecho de forma oficiosa, eliminado algunas calles de su recorrido o acelerando el ritmo de sus cortejos para cumplir con los tiempos que marcaban sus estadillos y que habitualmente eran superados.

En una división por jornadas, las del Domingo de Ramos y el Lunes Santo son las que han acumulado un mayor recorte horario en la última década, con cuatro cofradías cada una. El extremo contrario lo representa la tarde del Jueves Santo, donde solo una hermandad, la de Pasión, ha adelantado su entrada en el templo. En concreto, el paso de palio de la Virgen de la Merced posó sus zancos en la iglesia del Salvador a las 00.10 –siempre según el horario oficial– de esta pasada Semana Santa. Lo hizo una hora antes que en el Jueves Santo de 2006, cuando su entrada se produjo a las 1.20 horas y en un templo distinto, la iglesia de la Misericordia, por las obras de restauración que se estaban llevando a cabo en su sede.

Mención especial requieren los casos de cofradías como la Trinidad o la Macarena. La corporación de la Madrugá ha apostado en estos últimos años por reducir el horario de entrada del paso de palio de la Virgen de la Esperanza en una hora, pasando de las 14 horas de 2006 a las 13.00 horas de la pasada Semana Santa, con intervalos de algunos años –2011 y 2012, concretamente– en los que la última chicotá se producía incluso más allá de las 14.30 horas del Viernes Santo. Su caso, más que por huir de la noche, estaba generado por cierta relajación horaria en el recorrido de vuelta. No había prisa, pues, para que la Macarena volviera a su basílica, aunque eso supusiera un esfuerzo extremo de los miembros de su cortejo.

El de la hermandad de la Trinidad ha sido también estos años uno de los recortes horarios más destacados. De las 2.25 horas de la madrugada del Domingo de Resurrección a las que entró su paso de palio en 2006, ha sido capaz de pasar a las 1.30 horas de este año. 55 minutos menos que han consolidado la idea que defendían parte de sus hermanos de que a la cofradía le faltaba ritmo en su camino de vuelta. De hecho, sin llegar a realizar grandes cambios en su itinerario, la junta de gobierno ha conseguido cumplir con este reto de reducir el tiempo de su estación de penitencia.

En esta década, la Semana Santa de Sevilla también ha experimentado la incorporación de tres nuevas hermandades a otras tantas de sus jornadas. San Pablo el Lunes Santo, el Carmen el Miércoles Santo o el Sol el Sábado Santo han seguido caminos distintos en cuanto a la duración de sus estaciones de penitencia y al horario de entrada en sus templos. Solo la cofradía del Plantinar ha recortado su regreso en estos años, pasando de las 23.30 horas de su primera salida en 2010 a las 23 horas de este año. Tanto San Pablo como el Carmen han seguido el camino contrario y han aumentado en 60 y 45 minutos, respectivamente, sus entradas.

Pero no todas las hermandades se han visto abducidas por este espíritu antinocturno. Hasta 19 cofradías entran en sus templos en un horario más tardío que hace una década. La O y el Silencio, con 35 minutos, encabezan el listado de corporaciones que han desafiado la tendencia.

MÁS CAMBIOS EN EL DOMINGO DE RAMOS Y EL LUNES SANTO

En la última década, ambas jornadas han visto como cuatro de sus hermandades adelantaban el horario oficial de regreso a su templo. Entre los cambios más significativos están los 30 minutos que ha rebajado la Estrella en 2016 o los 40 minutos que ha recortado la Redención.

En 2006, el Martes Santo probó una nueva configuración que conllevaba el cambio de orden de algunas de sus hermandades. Esto hizo que, a su vez, la hora de entrada de las cofradías en cuestión se disparara. Los Estudiantes lo hizo a las 1.40 horas, más de una hora por encima de lo habitual, y San Esteban a las 1.30 horas, una hora y 35 minutos más tarde.

Los grandes recortes horarios de esta década han tenido como protagonistas a las hermandades de la Macarena, que ha adelantado la entrada del palio de las 14 a las 13 horas, y la Trinidad, con 55 minutos menos de estación de penitencia.