Las cofradías incrementan un 24% la ayuda a los pobres en 2016

Las hermandades sevillanas repartieron más de 5,6 millones de euros entre los más necesitados, un esfuerzo del que se beneficiaron más de 30.000 personas

08 feb 2017 / 18:00 h - Actualizado: 09 feb 2017 / 19:29 h.
"Consejo de Hermandades y Cofradías"
  • Dos voluntarias colocan los alimentos en las estanterías del Economato del Casco Antiguo. / El Correo
    Dos voluntarias colocan los alimentos en las estanterías del Economato del Casco Antiguo. / El Correo

Más y mejor. Las hermandades sevillanas destinaron en 2016, el Año de la Misericordia, más de 5,6 millones de euros a ayudar a los más necesitados, un esfuerzo a veces poco reconocido del que se beneficiaron directamente más de 30.000 personas. Así lo pone de manifiesto la segunda edición del Informe sobre la Caridad en las Hermandades de Sevilla, cuya primera publicación, en 2014, acalló muchas voces críticas y supuso un punto de inflexión en la percepción que hasta entonces se tenía de la caridad que desarrollan estas asociaciones eclesiales.

La cifra de 5,6 millones repartidos el año pasado entre los más necesitados supone un incremento del 24,6% respecto a los 4,5 millones contabilizados en 2014. De la cantidad referida, más de 1,9 millones de euros (1.955.270 euros) son recursos en metálico; más de 1,6 millones (1.620.215 euros) se contabilizaron en ayudas en especie, como alimentos, ropa o calzado; a otras actividades, como centros de enseñanza o talleres, se dedicaron más de 1,1 millones (1.157.394 euros); en colaborar con otras instituciones como Cáritas y el Seminario Diocesano se emplearon 505.333 euros; mientras que se aportaron 292.875 euros en ayudas a otras instituciones y 100.931 euros en proyectos en otros países. En total: 5.632.018 euros, de los que se beneficiaron 30.429 personas, un 7,07% más que en 2014.

Ésta es la cantidad que se puede cuantificar, aunque a ello habría que añadir las casi 29.000 horas de voluntariado que suman las hermandades, atendidas por 1.857 voluntarios, que asisten personalmente a 6.965 personas.

El 91% de todas las hermandades sevillanas de la capital (un 9% más que en 2014) han participado, aportando sus datos, en la realización de este estudio, que al igual que en su primera edición ha sido dirigido por el doctor en Economía y teniente de hermano mayor de la hermandad de la Soledad de San Lorenzo, Ignacio Valduérteles, y elaborado por el Instituto de Investigación Aplicada a la pyme con el patrocinio de la Fundación Caja Rural del Sur.

La práctica totalidad de las hermandades sevillanas (98,59%) tiene constituida una comisión de caridad, lo que da una idea de la importancia que conceden a este fin específico contemplado en sus Reglas. En concreto, las hermandades dedican una media del 14,36% de su presupuesto global a la asistencia social.

Un total de 15.947 personas fueron beneficiarias directas de los 1.955.270 euros que las hermandades dedicaron a ayudas en metálico. La mayor parte de los recursos en metálico se destinan a ayudas para alimentos (77,46%), que normalmente se canalizan a través de los economatos sociales promovidos por la propias hermandades; al pago de recibos atrasados de agua, luz, alquileres y cuotas de préstamos hipotecarios se dedicó el 76,06%; y el 70,42% para ayudas para becas de estudio y material escolar. La suma de los porcentajes es superior al 100% porque una misma hermandad aplica sus recursos en metálico a más de una acción.

Nuevas vías

La procedencia de los recursos en metálico también es diversa. La mayor parte de este dinero se recauda mediante un porcentaje aplicado a las cuotas de los hermanos (91,55%), el 26,76% procede de una cuota específica de caridad, el 83,1% de actividades como tómbolas, festivales y rifas y otro 73,24% de donativos. «Se aprecia la presencia creciente de nuevas formas de obtención de fondos, algunas inéditas hasta ahora en este mundo cofrade, como el crowfunding», detalla el estudio.

Otras 11.202 personas recibieron algún tipo de ayuda en especie. El 57,95% fueron alimentos, el 23,86% ropa y calzado, y un 18,18% otros artículos. El valor total de los recursos en especie, que como ya se ha dicho asciende a 1.620.215 euros, se ha incrementado un 61,28% respecto al anterior informe. Este abultado incremento se debe a la introducción de nuevos criterios de valoración de los donativos en especie.

De los 1.157.394 euros contabilizados en el apartado de otras actividades se beneficiaron 3.184 personas.

El 89% de las hermandades encuestadas colaboran con Cáritas, el Seminario, los conventos de clausura o con su parroquia, con un importe total entregado de 505.333 euros (sin contar con las aportaciones al Fondo Común Diocesano). Además casi un 55% de las hermandades ayuda a otras instituciones, con un importe global de 292.875 euros; y el 69% mantiene proyectos de ayuda en otros países, fin al que las hermandades destinan en total 100.931 euros. En concreto, se sostienen proyectos en 11 países de Sudamérica y Centroáfrica.

Un dato «muy significativo» de este estudio es que los gastos de administración y gestión de toda esa ayuda es del 0,18%, lo que quiere decir que de cada 100 euros que reciben las hermandades para destinarlos a caridad, un total de 99,82 euros van directamente a los destinatarios y sólo 18 céntimos a gastos de administración. El número total de hermanos en las hermandades de Sevilla capital asciende a 227.307 personas, un 3,3% más que en 2014, según los datos del riguroso estudio desarrollado por Ignacio Valduérteles. Esta cantidad supone el 32,75% del censo municipal, que a 1 de enero de 2015 ascendía a 693.878 habitantes. De esta forma, el estudio repara en que «mientras que en los dos últimos años la población de Sevilla ha disminuido en un 0,4%, vemos que el número de hermanos en el total de hermandades ha aumentando en un 3,3%». Valduérteles insiste en que el público no se debería quedar sólo en las positivas cifras que arroja este estudio, sino en la fundamentación de la acción social de las hermandades. «El reparto de ayudas no es un fin en sí mismo, ajeno a los fines de la hermandad. No podemos caer en el activismo». «La clave no está en repartir hasta que se agote, sino en crear para que no se agote», concluye.