La diferencia salta a la vista. Las fotografías que ilustran esta información, captadas por la cámara de José Luis Montero, muestran las manos de la Virgen de los Reyes. La primera de ellas corresponde a la apertura del primer besamanos de la patrona, celebrado en la tarde del pasado 4 de agosto en la quietud de la Capilla Real de la Catedral. En vez de sostener al Niño, las manos de la imagen fernandina se apoyan sobre su falda esperando el beso de esa legión de fieles y devotos que inauguran cada año con su ósculo los cultos a la patrona de Sevilla y su Archidiócesis con motivo de la solemnidad de la Asunción. Era la primera vez que la imagen quedaba expuesta a la veneración de los fieles tras la última intervención conservadora a la que fue sometida el pasado mes de noviembre por el profesor Francisco Arquillo, centrada especialmente en atajar los levantamientos y desprendimientos de policromía en manos y rostro.
La segunda fotografía corresponde a la salida procesional de la patrona en la mañana del 15 de agosto. Ataviada con el manto rojo, regalo de la Duquesa de Montpensier en 1851, las manos de la Virgen delatan ya cierto desgaste. Los nudillos aparecen descarnados, dejando entrever los nudos de la madera.
Sólo once días separan ambas fotografías. Fuentes de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes explicaron a este periódico que se trata de las mismas manos, ya que la patrona no dispone de ningún otro juego de manos, como sí ocurre en el caso de algunas dolorosas.
Según las mismas fuentes, las manos presentan el «desgaste lógico» de los miles de besos recibidos durante el primer besamanos, donde «más de 5.000 personas» desfilaron por la Capilla Real de la Catedral durante la tarde del 4 y la mañana del 5 de agosto, como lo prueba el hecho de que se agotaran las 5.000 estampas encargadas para repartirlas entre los fieles. «El primer día hubo que cerrar el besamanos más de media hora más tarde por la incesante afluencia de personas», recalcan desde la Asociación, desde donde se apunta que también la Virgen de la Esperanza Macarena delata «la huella de la devoción» en su manos a pesar de su reciente restauración. El Cabildo Catedral anunció en su día que, una vez finalizada la restauración de Arquillo, la imagen sería sometida cada año a «una revisión» para garantizar el buen estado de conservación tanto de la Virgen como del Niño Jesús.
Entretanto, en el Altar del Jubileo de la Catedral continúa celebrándose hasta el día 22 de agosto la Octava, con misa y homilía cada mañana a las 8.30 horas a cargo de Carlos Santillana. Este próximo sábado, en horario de 18.00 a 22.00 y el domingo, de 9.00 a 14.00 horas, se celebrará el segundo besamanos a la Virgen. El día 22 de agosto se procederá a la apertura de la Urna de San Fernando de 8.30 a 10.30 horas.