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Listo el impermeable para que nada altere la procesión

Las previsiones meteorológicas no cambiarán el recorrido de la Virgen por la aldea

20 may 2018 / 23:18 h - Actualizado: 20 may 2018 / 23:30 h.
"El Rocío 2018"
  • Los rocieros apuran las horas previas a la procesión en la ermita. / Manuel Gómez
    Los rocieros apuran las horas previas a la procesión en la ermita. / Manuel Gómez

No importa si llueve o hace sol, la Virgen del Rocío recorrerá las calles de la aldea almonteña saludando uno a uno a todos los Simpecados de sus hermandades filiales. El suelo está embarrado y hay charcos por doquier, pero, como comentaba este domingo José Manuel Vega Morales, creador de las flores que lleva la Virgen, «mejor. Así se levanta menos polvo». En cualquier caso, la Blanca Paloma está preparada para evitar mojarse. El impermeable que este joven diseñador, hijo y hermano de las camaristas, le hizo en 2010, está listo para colocárselo sobre su manto en el momento en el que se hagan efectivas las previsiones meteorológicas (un 60 por ciento entre las 6.00 horas de la madrugada de este lunes y el mediodía).

Es un impermeable transparente que permite ver el manto de las hermandades o de los apóstoles, confeccionado, como la toquilla y el rostrillo de Muñoz y Pabón, por Joaquín Castilla, que luce este año la Reina de las Marismas y las flores que José Manuel ha confeccionado según la imagen que la Virgen le inspiró en la romería del año pasado. «Cuando terminó la procesión ya sabía que le haría para este año pacíficos amarillos y blancos. No había caído en el XXV aniversario de la visita del Papa. Cuando lo supe, entendí porqué». Vega Morales hizo el impermeable en 2010 cuando se dio cuenta que la Virgen sólo tenía un plástico para el paso y un capote opaco que lució en 1994, la última vez que llovió con fuerza durante una procesión de Pentecostés.

En esta procesión, también se estrena la nueva estructura del paso, que la hermandad ha encargado a una empresa sevillana de ingeniería aeroespacial, Inespasa, para darle más estabilidad y evitar los continuos vuelcos durante el recorrido. Así, se ha ampliado el ancho de la base 15 centímetros por cada lado y se ha añadido un quinto banco tanto delante como detrás, de modo que se pueden repartir el peso entre más hombres.

Y un detalle más, el Niño Jesús estrena un cetro confeccionado en madera de palo serpiente y en oro, rematado por una antorcha, símbolo de Cristo, como luz del mundo, y en la parte baja, con un rubí, como signo de realeza, regalo de un grupo de almonteños, detallaba Carmen Rocío Vega Morales, camarista de la Virgen, dispuesta a subirse al paso en el momento que la Virgen necesite el impermeable.

Durante tarde de este domingo, las visitas a la Virgen eran incesantes. Se aferraban tantos rocieros a la reja que pronto iban a saltar los almonteños, que no faltó quien, bromeando, pidió la vez: «¿Quién reparte los números aquí?».

Y es que en las horas previas a la procesión se hace cada vez más difícil controlar los nervios y los devotos que llegan a última hora, justo para disfrutar de la Reina de las Marismas por las calles de la aldea se acercan a hacer su particular presentación y lanzarle sus propios vivas. Así, no faltó quien le gritó «¡Viva la Virgen del Rocío!» y recibió la respuesta de toda la ermita, abarrotada de público y desalojada de bancos. Pues ya estaba todo preparado para que, cuando el Simpecado de la Matriz entre en el santuario nacional, terminado el Rosario de las Hermandades -que empezó a la medianoche en la plaza de Doñana- los almonteños abran el pasillo para que salga su Patrona.