Los detenidos por los incidentes registrados la pasada Madrugá negaron ante el juez que ellos fueran los que provocaron las avalanchas en distintos puntos del Centro. Tres de ellos permanecen en prisión preventiva, mientras la Policía Nacional continúa con su investigación, recabando imágenes de aquella noche en los medios de comunicación. Por otro lado, el senegalés que gritó «Ala es grande» aceptó una multa de 480 euros.
Fuentes judiciales han explicado que los siete detenidos por las denominadas carreritas negaron los hechos y aseguraron ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5, que es el que investiga lo sucedido, que ellos no fueron quienes provocaron las avalanchas que causaron el pánico en las calles. Tres de estos detenidos, algunos de ellos con bastantes antecedentes, permanecen en prisión provisional, imputados por delitos de desórdenes públicos y contra los sentimientos religiosos. Los otros cuatro quedaron en libertad provisional con cargos y con la obligación de comparecer regularmente en el juzgado.
Las mismas fuentes indicaron que están a la espera de la investigación que está llevando a cabo la Policía Nacional, que está recabando imágenes de aquella noche que les lleve a esclarecer lo ocurrido. De hecho, en la mañana de este lunes los agentes se han personado en diferentes medios de comunicación para reclamar los vídeos e imágenes que posean. La investigación intenta esclarecer, entre otros asuntos, si las avalanchas fueron provocadas de forma coordinada o si tras las mismas hay más personas implicadas.
Por otro lado, el citado juzgado abrió otras diligencias contra el senegalés que fue detenido por gritar en medio de la multitud «Alá es grande» cuando pasaba la Esperanza de Triana por la calle Reyes Católicos. Fuentes del caso explicaron que el detenido aceptó el pasado viernes una pena de 480 euros por un delito contra los sentimientos religiosos, después de que se celebrara un juicio rápido tras su puesta a disposición judicial.
En un principio, la Fiscalía solicitaba para él una multa de 120 días a razón de seis euros diarios, pero al aceptarla se le aplicó la reducción de un tercio pertinente, por lo que la condena quedó en 80 días.
Según el fiscal, este hombre «con intención de alterar el normal desarrollo de la procesión, empezó a gritar a la comitiva cuando pasaba el paso de misterio Alá es grande, manifestaciones que repitió en multitud de veces», generando «el lógico desasosiego a los cofrades y al público en general» al paso de la Esperanza de Triana por Reyes Católicos.