Más de 500 plegarias de fe y oración

Tomares. Los romeros del municipio aljarafeño partieron ayer rumbo al Rocío. La hermandad visitará hoy a su madrina, Villamanrique

31 may 2017 / 08:01 h - Actualizado: 31 may 2017 / 08:28 h.
"El Rocío en la provincia","El Rocío 2017"
  • Simpecado del Cerro que ya ha emprendido el camino a El Rocío. / Jesús Barrera
    Simpecado del Cerro que ya ha emprendido el camino a El Rocío. / Jesús Barrera

Deseos de peregrinos, plegarias de amor... Así dice la salve rociera de la hermandad del Rocío de Tomares. Una letra que cobra realidad en la mirada de los 500 romeros tomareños que ayer pusieron rumbo a El Rocío detrás de la carreta de su Simpecado. Ayer salió Tomares y en la mirada de todos sus peregrinos se pudieron descifrar los deseos renovados de postrarse ante la Blanca Paloma, un sinfín de plegarias repletas de amor y la emoción que supone saber que cada paso dado indica que se acorta la distancia, que se siente más cerca, que se restan segundos a la cuenta.

Más de 500 hermanos, 26 carriolas, tres carretas de bueyes y una decena de coches de caballos. Son las cifras con las que Tomares se puso ayer en marcha.

A las nueve de la mañana comenzó la misa de romeros en la Parroquia de Nuestra Señora de Belén. El reloj no había marcado la hora en punto cuando en el templo ya no cabía ni un alfiler. Tomares encaraba un día grande y el pueblo supo responder. Nadie quiso sentirse al margen. La localidad gritó al unísono: Rocío.

Lo hicieron los romeros que están haciendo el camino y aquellos que se quedaron en el municipio, que son pocos. «Tomares se queda desierto cuando la hermandad se va. Parece que estamos en agosto», decía una vecina del municipio mientras veía acercarse a la carreta de plata del Simpecado.

Detrás de él, un séquito de fieles y devotos. Cada uno llevaba su propia historia. Unos agradecían y otros pedían pero a todos permanecían unidos por una misma devoción.

Antes de salir del municipio, el Simpecado de Tomares y toda la comitiva recorrió, durante dos horas, sus calles. Y es que, este año, la hermandad ha querido ampliar ese itinerario que lo llevó hasta las puertas del Ayuntamiento donde se rezó el ángelus y el alcalde, José Luis Sanz, acompañado de su equipo de gobierno, realizó una ofrenda floral.

La filial número 94 está presidida por Poli Jiménez. Él es su hermano mayor. Sueña con el momento de postrarse ante la Blanca Paloma. Entonces, cuando llegue a ella, le pedirá «por todos los que se quedan en nuestro pueblo». Poli estaba ayer emocionado. Su voz sonaba temblorosa. Y es que, son muchos los meses que llevaba esperando este momento. Y como él, muchos fueron los romeros que dejaron asomar alguna que otra lágrima por sus ojos. «Este es un camino muy especial», nos decía otra peregrina.

Momentos clave

Este mismo mediodía, en torno a las 13.00, la hermandad de Tomares llegará hasta los porches de Villamanrique. Allí se presentará ante la filial que es su madrina. Antes, a las once menos cuarto de la mañana, cruzará el río Quema, otra estampa imperdible.

Mañana, Tomares transitará por la Raya Real y pernoctará en Palacio del Rey y, ya el viernes, cruzará el Puente del Ajolí, en torno a las once de la mañana, y llegará a la aldea a medio día.

La filial tomareña se presentará ante la Blanca Paloma el mismo viernes, a las 19.40.