Asenjo critica las «sobreabundantes representaciones» del Corpus

El arzobispo subraya la esencia eucarística de la procesión y hace hincapié que lo sustantivo no son las numerosas imágenes de los santos sevillanos

14 jun 2017 / 14:50 h - Actualizado: 14 jun 2017 / 22:16 h.
"Corpus Christi","Juan José Asenjo"
  • La representación municipal, con el alcalde al frente, en la procesión del Corpus del pasado año en la plaza de San Francisco. / Manuel Gómez
    La representación municipal, con el alcalde al frente, en la procesión del Corpus del pasado año en la plaza de San Francisco. / Manuel Gómez

No es la primera vez que el arzobispo de Sevilla pone el cerco sobre la «desmesurada» comitiva de la procesión del Corpus Christi y deja flotando en el aire la necesidad de su posibe reorganización, decisión última que corresponde al Cabildo Catedral, órgano rector del templo metropolitano encargado de su organización. Esta vez ha sido en vísperas de la solemnidad del Corpus y a través de una carta pastoral dirigida a los fieles y titulada Corpus Christi, el Señor en nuestras calles. En la misma, Juan José Asenjo destaca la importancia del «testimonio público de veneración a la santísima Eucaristía» que supone la procesión del Corpus Christi. Al respecto, subraya que «en esta procesión lo sustantivo no son las numerosas imágenes de los santos sevillanos, ni las sobreabundantes representaciones que en ella desfilan», y hace especial hincapié en la necesidad de que la adoración eucarística no quede «solapada por otras realidades que no pertenecen a la esencia de esta procesión, que –recuerda– es calificada en el Código de Derecho Canónico como procesión eucarística».

El prelado recuerda que este jueves «recorremos con Él (Jesucristo) el hermosísimo entramado urbano de nuestra ciudad, que en esa mañana se convierte en un gigantesco templo para gloria del Señor sacramentado». En su carta, Asenjo repasa el trayecto que hará la comitiva eucarística por las calles de Sevilla: «Detendremos el paso ante dos altares preparados por la devoción de los sevillanos, para venerar, aclamar y adorar una vez más el cuerpo verdadero de Cristo, nacido de María, traspasado e inmolado en la Cruz para nuestra salvación. Renovaremos comunitariamente nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y confesaremos con los labios y creeremos en el corazón que en la custodia de nuestra Catedral, auténtico prodigio cincelado por Juan de Arfe, gracias a la piedad de nuestros mayores, está presente Jesucristo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Detendremos nuestro paso para confesarle como Hijo único de Dios, clave de bóveda del universo, Señor de la historia humana y de la historia de la salvación y única esperanza para el mundo». El arzobispo indica en su carta cuál debe ser el estilo de la procesión, «sin triunfalismos ni arrogancia, pero también sin rubor y sin complejos», afirma, y pide a los cristianos de Sevilla que reconozcan que «el cuerpo de Cristo es la fuente de nuestra vida renovada y el fundamento de nuestra esperanza frente al poder del pecado y de la muerte».

Hace también referencia a la celebración esa mañana de la jornada de Caritas y el Día de la Caridad, y aprovecha para pedir un compromiso social: «descubrirle también en el rostro sufriente y, en ocasiones deformado, de los hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos, prisioneros, desplazados y emigrantes».


«No soy partidario de limitar los participantes»

El canónigo Luis Rueda, prefecto de Lirturgia de la Catedral, coincide con el arzobispo en que lo sustantivo de la procesión del Corpus es «el testimonio público de veneración a la Sagrada Eucaristía». No obstante, matiza: «Particularmente, no estoy de acuerdo en que se limite el número de participantes en la procesión. Cuantos más mejor. Las procesiones están hechas para participar en ellas, no para verse».