Para lo demás estamos nosotros

A pleno sol y en un ambiente bullicioso Los Negritos salieron a la calle demostrando que es una de las hermandades con más singularidades de toda la Semana Santa

29 mar 2018 / 20:35 h - Actualizado: 29 mar 2018 / 22:20 h.
"Jueves Santo","Los Negritos","Semana Santa 2018"
  • El Cristo de la Fundación durante su salida de la capilla de los Ángeles. / Fotos: Teresa Roca
    El Cristo de la Fundación durante su salida de la capilla de los Ángeles. / Fotos: Teresa Roca
  • Nazarenos de la hermandad de Los Negritos.
    Nazarenos de la hermandad de Los Negritos.
  • La Virgen de los Ángeles en su imponente palio.
    La Virgen de los Ángeles en su imponente palio.

¿Que por qué no nos cansa esto? Pues por muchas cosas, claro. Muchísimas. Una de las que más rápidamente salta a la vista de quien lo contempla por primera vez es por las diferencias. Sí, por las diferencias. Porque no hay dos iguales entre las 60 hermandades que procesionan a la Catedral de Sevilla, algunas más si contamos las de vísperas. Bueno, hay algunas que se pueden parecer. Recalco, pueden parecerse. Claro que también se parecen las Sinfonías de Mozart y son todas diferentes, maravillosas. Esto es igual. Pero del mismo modo que el compositor de Salzburgo solo compuso una vez la Sinfonía 40, o la 39 o la Linz o la Praga, en nuestra Semana Santa solo hay unos Negritos. Unos nada más. Un tuitero, @altocapirote, resumía ayer toda esta perorata en algo menos de 140 caracteres: «El palio de los Negritos es de locura. Perdonen que no pierda el tiempo en fotografiarlo».

Se dirá que no hay nada malo en el Jueves Santo. Pero eso son impresiones personales. Desde luego Los Negritos es capaz de lo que parece imposible. Callar una salida no especialmente recoleta; enmudecer al público en plena calle Recaredo, cuando ayer, a las tres de la tarde, caían un buen puñado de grados a pleno sol. Minutos antes, cuando los últimos tramos del Cristo de la Fundación salían, la Banda de Música Santa María de las Nieves de Olivares ponía música. Luego serían los pitos de la capilla musical los que, insistimos, a pleno sol creaban un singularísimo ambiente buscando el paso ya la Puerta Carmona.

Alguien comentaba lo que parece a todas luces una obviedad, que a Los Negritos le pega más la anochecida. Aunque... bueno, según se mire. Por qué, ¿luciría entonces igual la Virgen de los Ángeles y su palio –el palio de todos los palios–? No lo sabemos. Pero sí constatamos que esta dolorosa es una de las estampas que más conmueven y concitan la admiración de toda la Semana Santa. Así tal cual.

Luego siempre están los datos; que vienen bien para amenizar los 900 nazarenos que acompañan la hermandad. Que si el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico ha finalizado ya la restauración de las bambalinas y el techo de palio, que si en este año la corporación conmemora el 625 aniversario de sus orígenes en el Hospital para negros... Esto es información, y para ello existen espacios como este que usted lee en sus manos o mira en la pantalla. Pero lo otro, lo relevante, resulta difícil encerrarlo en las paredes que prestan el abecedario.

«En la calle Recaredo se abren todos los Jueves Santos las puertas del cielo». Y en la Plaza de la Magdalena, y en la calle Feria, y en el Salvador, claro. En muchos sitios, porque en Sevilla hay linea directa con él. Pero quien así lo consideraba tenía en el pecho la medalla de la hermandad. No hacía estación de penitencia este año. «Es personal», cortaba lacónicamente al periodista con los ojos comenzando a enjugarse en lágrimas. Todos, ante una procesión, tienen su sitio claro. Y los hermanos que a ella pertenecen tienen sus propias razones para estar dentro o fuera, para mirarla desde el exterior o mirarse desde dentro en las filas de nazarenos.

La Virgen de los Ángeles marchaba guiada por los hermanos Gallego y, al contrario de lo que sucede ante otras estampas, el público dilataba el emprender el paso. El sol castigaba la vista y las manos se empleaban como viseras. Cuando por fin dábamos por concluida la contemplación era tiempo de volver a los papeles: orquídeas vanda, mini calas, rosas spray, rosas Sahara, alliuns, astilbe, brunias, coral fern y pitosporun conformaron el imponente exorno floral de la Virgen; astrantia, escabiosa, tulipanes, mini calas, brunia, thirlansia y espinas de acacia, el del Cristo de la Fundación. Datos, los que quieran. Pero lo auténticamente clave quedó en los corazones, en las retinas. Para lo demás ya estamos nosotros.