La hermandad del Gran Poder presentó hoy los proyectos ganadores del concurso de ideas para embellecer su basílica, que ha convocado con motivo de la celebración de los primeros 50 años de la construcción del templo. Una vez visto los proyectos, a buen seguro que el debate queda abierto dado que, fundamentalmente uno de ellos, es bastante rompedor con la actual basílica. Empero, la hermandad sí quiere dejar claro que se trata únicamente de un concurso de ideas y que ahora se irá trabajando sobre los dos proyectos ganadores. “La hermandad abre ahora un proceso de reflexión más profunda y de diálogo con los autores ganadores, que materialice las vías para la realización de estas ideas o aquellas que surjan de las propias necesidades tanto formales como cultuales del inmueble. Del mismo modo, la Hermandad dejará sujeto a la disponibilidad económica y al momento idóneo el desarrollo futuro en un proyecto de arquitectura -obligatoriamente refrendado por el Cabildo General de Hermanos- para la mejora ambiental y formal de la Basílica”, ha explicado la hermandad a través de una nota enviada a los medios de comunicación.
El jurado, que se reunió la tarde del 31 de enero, quiso reconocer la “alta calidad” de las cinco propuestas presentadas, determinó que destacar dos proyectos ganadores ex aequo, concretamente los presentados por los estudios Alt-Q-Arquitectura y el arquitecto José Ramón Sierra.
Respecto a las dos propuestas ganadoras el jurado valora que sus conceptos aun siendo “muy diferentes respecto al nivel de intervención sobre el inmueble, han entendido el valor patrimonial de éste”. Y aunque la basílica no cuenta con nivel de protección patrimonial alguno “ambas propuestas realizan una lectura en la que se preservan o se potencian valores tanto materiales del propio inmueble o de las sagradas imágenes, como aquéllos que, siendo inmateriales y concerniendo a la emoción, a la devoción o a la liturgia, deben verse reforzados con el carácter multidisciplinar de estas ideas”, explica la nota de prensa del Gran Poder.
En ese sentido, la idea desarrollada por Alt-Q-Arquitectura propone “un profundo cambio el interior de la Basílica” sin la necesidad de que se produzcan “actuaciones de demolición en la fábrica del edificio” y se crea “una segunda piel para este”. Así, explica la hermandad que este proyecto rompedor emplea madera y un diseño geométrico así como una iluminación para “potenciar la dimensión del espacio como ámbito devocional”.
Respecto a la idea de José Ramón Sierra, se destaca la apuesta por una sobria lectura del espacio de la Basílica cuya inspiración parte de la esencia del proyecto original, potenciando sus valores a través de un diseño que se centra en aspectos funcionales –acústica, accesibilidad- y formales –el cuidado diseño de la cornisa; la profunda transformación de presbiterio, muro del altar y camarín- en los que el lenguaje contemporáneo muestra su dimensión más contenida, siempre en la búsqueda de reforzar aún más -como pieza y foco fundamental al que se dirigen todas las miradas en la Basílica- la presencia de la Sagrada Imagen del Señor en la cercanía hacia sus devotos.
Aun otorgando la distinción de premio ex aequo a estos proyectos, se quiere también destacar de las demás propuestas presentadas el gran nivel y el interés de las mismas, destacándose de cada una de ellas los siguientes valores:
De la propuesta de ideas presentada por Jacinto Pérez Elliot se reconoce la voluntad de abordar integralmente –aun estando fuera de lo demandado por el concurso- la ordenación del conjunto de las dependencias que circundan la Basílica para hacer posible un profundo cambio en el ámbito central de ésta, donde se propone una convivencia entre lenguajes materiales y estéticos a priori muy diferentes.
Respecto a las ideas desarrolladas por Rubiño García Márquez Arquitectos se destaca el complejo programa simbólico propuesto, con una comprensión actualizada y profunda del barroco y de los elementos litúrgicos y devocionales, sin renunciar a un lenguaje del tiempo presente, tanto en lo que hace referencia al cuidadoso diseño de los diferentes elementos como en la cultura material que hace converger en la propuesta la tradición artesana y nuevas formas de producción.
Igualmente, de la propuesta de ideas presentada por José Luis Daroca Bruño se destaca el deseo de una intervención en la que actuaciones muy concretas mantienen las líneas generales de la basílica tal y como es percibida en la actualidad: así deben ser contemplados el nuevo material del zócalo y los cambios en la escala del alzado, las mejoras en la iluminación o la actuación en el óculo central de la cúpula y el templete exterior, que buscan la mayor fidelidad a los modelos que inspiraron la obra.
La muestra permanecerá abierta hasta el martes 7 de febrero, en horario de 11 a 14h y de 17 a 21 horas en los días laborables.