«Que el turismo no ahogue el fin primigeneo de la Catedral»

26 may 2016 / 22:04 h - Actualizado: 26 may 2016 / 22:07 h.
"Corpus Christi","Juan José Asenjo"
  • El arzobispo y su obispo auxiliar, en la misa estacional.
    El arzobispo y su obispo auxiliar, en la misa estacional.

Una llamada de atención. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, aprovechó la homilía de la solemnidad del Corpus Christi para lanzar una «sugerencia» al Cabildo Catedral, el órgano rector del primer templo metropolitano a cuenta de las hordas de turistas que a diario visitan la seo hispalense y del sentido último por el que se levanta una Catedral: «No dejemos que la perspectiva cultural y el turismo ahoguen o desvirtúen esta finalidad fundamental, la gloria de Dios, fin primigenio y casi único de nuestra Catedral. Que los cientos de visitantes que cada día traspasan sus umbrales, perciban desde el primer momento que han llegado a la casa del Dios vivo y al santuario de su presencia». Durante su intervención en la misa estacional, celebrada en el Altar del Jubileo, el prelado sevillano confió a la iniciativa y al celo del Cabildo «la forma de hacer compatible la visita cultural, que por ley debemos facilitar, con el respeto exquisito debido al Señor sacramentado».

Dentro del tono doctrinal que suele imprimir a sus homilías, el arzobispo señaló que la Eucaristía es mucho más que una reliquia de la vida histórica del Señor. «Es incomparablemente más que una talla o un lienzo que lo representa, tan abundantes y bellos en esta iglesia, madre de todas las iglesias de la Archidiócesis. En la Eucaristía no veneramos una imagen, sino al mismo Jesús, vivo, glorioso, resucitado, presente entre nosotros de manera real, verdadera y sustancial».

Al coincidir la solemnidad del Corpus con la celebración del día de Cáritas, el arzobispo se hizo eco de la dolorosa realidad que dibuja el último informe de esta institución. «Los siete últimos años están siendo especialmente duros para los pobres, los parados, los inmigrantes, los sin techo, y para cientos de familias que sufren las consecuencias de la grave crisis económica de estos años, presentes todavía en nuestros barrios. Los técnicos de Caritas nos dicen que en determinados sectores la pobreza se está cronificando (...) y nos señalan también que la emergencia social, que genera tanto dolor, sufrimiento y desesperación no está en absoluto superada». En este sentido, Asenjo señaló que «nuestra participación en la Eucaristía exige de nosotros, más que nunca en este Año Jubilar de la Misericordia, signos de misericordia y compasión, signos de fraternidad, y un género de vida más austero».