Qué guapa está Sevilla un Domingo de Ramos

Pleno de cofradías y público en la calle aunque la jornada acumuló un retraso por un problema que tuvo uno de los varales del palio de la Hiniesta

30 mar 2015 / 11:10 h - Actualizado: 30 mar 2015 / 17:10 h.
"Cofradías","Semana Santa 2015"
  • Hermandad de La Cena. / Inma Flores
    Hermandad de La Cena. / Inma Flores
  • Hermandad de La Amargura. / José Luis Montero
    Hermandad de La Amargura. / José Luis Montero
  • Hermandad de El Amor. / Pepo Herrera
    Hermandad de El Amor. / Pepo Herrera
  • Hermandad de La Borriquita. / Manuel Gómez
    Hermandad de La Borriquita. / Manuel Gómez
  • Hermandad de La Paz. / Jesús Barrera
    Hermandad de La Paz. / Jesús Barrera
  • Hermandad de La Estrella. / Manuel Gómez
    Hermandad de La Estrella. / Manuel Gómez
  • Hermandad de La Hiniesta. / Pepo Herrera
    Hermandad de La Hiniesta. / Pepo Herrera
  • Hermandad de La Cena. / José Luis Montero
    Hermandad de La Cena. / José Luis Montero
  • La Virgen de la Estrella cruza el Puente de Triana, atestado por una multitud de almas, en busca de la carrera oficial para realizar su estación de penitencia. / Manuel Gómez
    La Virgen de la Estrella cruza el Puente de Triana, atestado por una multitud de almas, en busca de la carrera oficial para realizar su estación de penitencia. / Manuel Gómez
  • Nuestro Padre Jesús del Silencio. / José Luis Montero
    Nuestro Padre Jesús del Silencio. / José Luis Montero
  • Un nazareno del cortejo de la Hiniesta. / Pepo Hererra
    Un nazareno del cortejo de la Hiniesta. / Pepo Hererra
  • La salida de la Borriquita congrega siempre a gran cantidad de público en la plaza del Salvador. / Manuel Gómez
    La salida de la Borriquita congrega siempre a gran cantidad de público en la plaza del Salvador. / Manuel Gómez

¡Qué guapa está Sevilla un Domingo de Ramos! El inicio de la Semana Santa de 2015 fue una jornada plena, tanto en cofradías como en el alma de las miles de personas que ayer tomaron en masa las calles de la ciudad para deleitarse con todo lo que regalaron las cofradías. Que fue mucho, y casi todo bueno. Decimos casi todo porque hay todavía nazarenos que no se enteran por qué y para qué se ponen una túnica de nazareno. Respecto al tiempo, que tanto importa los últimos años, se alejaron los nubarrones para que el sol se colocara en primera fila en este arranque de la semana más grande sevillana. Todo esto en lo oficioso, porque en lo oficial la jornada terminó con media hora de retraso por el problema que sufrió el palio de la Hiniesta en su varal delantero derecho, uno de los maestros. Desde Sierpes hasta la Catedral el paso se tuvo que levantar a pulso aliviado y ya en la seo se pudo arreglar definitivamente. Sin embargo, el parón para las hermandades que venían por detrás fue de 20 minutos. San Roque y la Estrella tuvieron que comprimirse al máximo para que el palio que venía de la calle San Jacinto pudiera alcanzar la Campana. La Amargura llegaba por Javier Lasso de la Vega y se tragó el parón, mientras que el Amor optó por retrasar su salida media hora para no castigar en la calle a su cuerpo de nazarenos. Tras los famosos conteos de la pasada Semana Santa, un incidente con un varal –algo normal y previsible– tiró por tierra todas las previsiones y dejó en evidencia que los horarios de la jornada están sujetos con muy finos alfileres.

Pero aquellos que restan importancia a este tipo de formalidades y que simplemente disfrutan con las cofradías en la calle, pudieron disfrutar de lo lindo. O incluso más. El sol quiso colarse afortunadamente en este arranque de la semana más grande de Sevilla y posibilitó las estampas que gustan en Sevilla un Domingo de Ramos. Calor, abanicos, gafas de sol, bebidas frías, carritos de niños, cartel de no hay billetes en las barras, tacones imposibles en ellas y extranjeros programa en mano preguntándose para dónde tirar y ver eso que llaman Semana Santa de Sevilla.

Esta comenzó de forma oficial en la plaza de la Campana a las 16.25 horas con la histórica venia de Macarena Rojas-Marcos. Esta nazarena de la Borriquita, hija del capataz de la cofradía, tuvo el honor de ser la primera mujer en solicitar permiso al Consejo de Cofradías para entrar en la Carrera Oficial. Antes de esta venia, la Semana Santa había arrancado horas antes en algunos barrios de Sevilla. Desde el Porvenir, los nazarenos blancos que pregonó el pasado año Francisco Berjano ya habían llenado el tranquilo barrio sevillano de una legión de capas blancas que salían y salían desde la parroquia de San Sebastián acompañando al Señor de la Victoria y la Virgen de la Paz. Retomando la Carrera Oficial, el Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén perfumó la Campana con un novedoso exorno floral de orquídeas bandas y pálidas rosas y los primeros tramos de este cortejo, repletos de niños en sus carritos y los abnegados padres y madres, volvieron a dejar más que patente que la Semana Santa del futuro está más que garantizada. Y además, el capataz dedicó la levantá ante el palquillo a la defensa de la vida. Un gran pequeño gesto pero que necesita todos los altavoces posibles para que el mensaje cale con mucha fuerza en esta sociedad.

Jesús Despojado, la segunda cofradía de la jornada, llegaba desde la coqueta plaza de Molviedro y su paso de misterio también se levantó ante los rectores del Consejo en defensa de la vida. Este paso de misterio sigue entrando en la Campana con más fuerza cada año y su buen andar gana adeptos entre aquellos que ponen el punto de mira en el mundo de los capataces y costaleros. Con el característico sonido de Alma de Dios, los abonados de la Campana regalaron una bien ganada ovación a los hombres de abajo. Este misterio estrenaba respiraderos mientras que el paso de palio de la Virgen de los Dolores y Misericordia lucía a San Juan restaurado por su autor, Juan Ventura.

A su hora llegó La Paz al control del palquillo de la Campana y sus cerca de 2.000 nazarenos hicieron un gran esfuerzo para cumplir los plazos de tiempo marcados. El Señor de la Victoria celebraba los 75 años de su bendición y de su primera estación de penitencia. Un aniversario que desde el Porvenir se celebraba paseándolo por Sevilla junto a su madre la Virgen de la Paz, una advocación más que necesaria para intentar poner el punto y final a todos los conflictos armados que tristemente hay abiertos en varios puntos del mundo.

Avanzaba la jornada cofradiera y Sevilla seguía estando más que guapa este Domingo de Ramos. La Cena llegaba desde la calle Sol y el astro rey seguía pegando con fuerza para regalar unos magníficos contraluces entre nubes de incienso para gozo de los compañeros y aficionados a la cosa fotográfica. El impresionante misterio de la Sagrada Cena, en el que Jesús instaura la Eucaristía en presencia de los apóstoles, llegaba con las Cigarreras interpretando la marcha que lleva por título este sacramento de la Iglesia. Tras este misterio, el Señor de la Humildad y Paciencia procesionó de forma solemne y silente mostrando al mundo esa desgarradora espalda que tanto sufrió por los demás.

Desde lejos llegaba también La Hiniesta. Desde los límites de la vieja muralla macarena vino este largo cortejo del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Hiniesta. El crucificado de Pedro Manzano procesionaba tras su restauración y la Agrupación de Santa María Magdalena de Arahal interpretó para su presentación en la Campaña la banda sonora de la película La Misión, una composición que tuvo partidarios pero también muchos detractores por considerarla inapropiada para la Semana Santa.

Tristemente, el palio de la Hiniesta fue el protagonista de la jornada por el problema que sufrió en uno de uno de sus varales en la calle Sierpes a la altura del Círculo de Labradores y que incluso dañó la mano de un costalero que intentó solucionar la anomalía. San Roque –que volvió a salir de su parroquia tras el cierre del pasado año– y la Estrella, que venían por detrás de la hermandad de San Julián, tuvieron que comprimirse al máximo para que la carrera oficial no quedara taponada. A pesar de ello, el Señor de las Penas trianeó a lo grande entrando en la Campana y su Madre Estrella se presentó con Corona de Estrellas y Estrella Sublime. La Amargura aguardaba ya en las inmediaciones de la plaza del Duque al tiempo que el Amor optaba, lógicamente, por retrasar su salida.

Pero fue en la vuelta a su templos tras pasar por la Catedral cuando estas cofradías volvieron a regalar bellas estampas cofrades que dejaron de nuevo patente, y fuera de lo más oficialista, lo guapa que está Sevilla un Domingo de Ramos.